El Gobierno nacional, gremios y movimientos sociales esperan ilusionados el acto de este miércoles por el Día del Militante.
Desde Casa Rosada avisaron que esperan contar con más de 100 mil personas en la emblemática Plaza de Mayo.
El evento se llevará a cabo a partir de las 15, con una concentración desde la intersección de Avenida de Mayo 9 y Julio, desde donde la multitud se trasladará hasta Plaza de Mayo.
Alberto Fernández será el único orador del encuentro, según adelantó Pablo Moyano, uno de los líderes del triunvirato de la CGT.
“Solo va a hablar Alberto, la marcha de mañana será una demostración de unidad, queremos algo multitudinario”, indicó.
“Tener un peronismo y una CGT unida va a ayudar para que el Presidente tenga más fortaleza para que pueda negociar bajo el desastre que dejó Macri”, añadió el referente de Camioneros en Radio Cooperativa.
Además del respaldo de la principal central obrera, los movimientos sociales cumplirán un rol importante, y Somos Barrios de Pie, el Movimiento Evita, la Corriente Clasista y Combativa (CCC), la Federación Nacional Campesina (FNC), el Movimiento Independiente de Jubilados y Pensionados (MIJP) apoyarán a Fernández durante el evento.
Gildo Onorato, uno de los líderes de la UTEP, la organización que agrupa a los trabajadores de la economía popular, dijo que es vital “celebrar la militancia para reconstruir la Argentina del desarrollo y encarar con una visión muy positiva los próximos años de gobierno”.
Otros gremios que actualmente no están cerca de la CGT también darán el presente, como es el caso de la CTA. Hugo Yasky, diputado del Frente de Todos y secretario general de la mencionada organización sindical, señaló que “el Día de la Militancia en Plaza de Mayo va a ser multitudinario y va a iniciar el camino para resolver la pobreza y el desempleo en la Argentina”.
Desde el Partido Justicialista, e inclusive desde La Cámpora se pronunciaron en redes sociales, y también darán el presente durante esta tarde.
Cabe recordar que el 17 de noviembre de 1972 el general Juan Domingo Perón regresaba al país tras 17 años de exilio, luego del golpe de Estado que en 1955 lo había derrocado de la Presidencia. El peronismo recuerda ese día como “un símbolo de la resistencia y la militancia, fortalecida por casi 18 años de proscripción”.