NIKOLÁI SHEVCHENKO
Unos mineros rusos que trabajan en busca de oro en el remoto archipiélago ártico de Siévernaia Zemlya domesticaron como si fuera un perro, un cachorro de oso polar que perdió a su madre y acudió a los humanos en busca de comida.
Un vídeo grabado por los trabajadores muestra cómo un cachorro hembra totalmente domesticado sube una escalera cuando lo llaman los hombres, luego se acerca a jugar con un trabajador mientras el otro lo llama para que se acerque y se haga un selfie con él.
Después de que el cachorro perdiera a su madre, se acercó a los humanos atraído por el olor de la comida.
“Para bien o para mal, alimentaron al animal en peligro de extinción y con ello lo domesticaron”, declaró Andréi Gorban, director del zoológico Royev Ruchei de Krasnoyarsk, quien, entre otros, participó en la salvación del cachorro.
Aunque se evitó temporalmente la tragedia, apareció un nuevo peligro cuando los trabajadores del turno, que alimentaban al cachorro, abandonaron su puesto y regresaron a tierra firme.
“Los trabajadores de turno se marchaban y el osezno podría haber muerto de hambre [porque] era muy pequeño. No tuvimos tiempo de hacer nada [al respecto]. La única esperanza era que el vertedero [cercano] era grande y el osezno podría haber durado dos meses [antes de que llegara el siguiente turno]”, publicó Gorban en su página de Facebook
Cuando llegaron los nuevos trabajadores, no vieron ningún cachorro y tuvieron que asumir lo peor. Sin embargo, llegaron noticias de otra estación de que el cachorro había aparecido allí, “flaco, sucio, ¡pero vivo!”.
Esta vez se tomó una decisión más a largo plazo sobre qué hacer con el cachorro domesticado que pronto crecería y se transformaría en un depredador de doscientos kilos que, sin embargo, ya no podría sobrevivir sin los humanos.
Dado que los osos polares figuran en el libro rojo de Rusia como especies en peligro de extinción, la decisión tuvo que coordinarse con las autoridades de fauna salvaje de Moscú. Como resultado, el cachorro fue capturado y trasladado al zoológico de la capital rusa, donde está sometido a un periodo de cuarentena de varios meses.
Como los osos polares domesticados no pueden reintroducirse en la vida silvestre, lo más probable es que el cachorro sea trasladado a un zoo.
“Gracias a todos los que han ayudado, que han ayudado con hechos y no con palabras. Lo más importante es que el osezno se ha salvado y encontrará su nuevo hogar”, dijo Gorban.
Este es un artículo republicado de Russia Beyond. Acá podés leer el texto original.