Luego de la salida de Nicolás Posse como jefe de Gabinete y con la flamante llegada de Guillermo Francos, Javier Milei, tomó la decisión de eliminar una de las carteras más importantes: el Ministerio del Interior.
Francos, quien hasta ese momento se desempeñaba como Ministro del Interior, dejó vacante su anterior puesto, que fue reestructurado por Milei, degradándolo a una Secretaría bajo el liderazgo de Lisandro Catalán, exfuncionario durante el gobierno de Alberto Fernández.
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La degradación del Ministerio del Interior a una Secretaría es más que un cambio burocrático; es un hecho sin precedentes en la historia argentina.
Desde la unificación del país, el Ministerio del Interior jugó un papel crucial en la administración nacional, siendo responsable de la relación con los gobernadores y la organización de las elecciones, entre otras funciones vitales.
Históricamente, esta cartera ha sido considerada una de las más importantes y políticamente estratégicas dentro del gabinete presidencial. La relación con los gobernadores, especialmente aquellos de diferentes signos políticos, ha sido fundamental para la estabilidad y el funcionamiento del Gobierno central.
Además, el manejo de emergencias y la coordinación de políticas territoriales son tareas esenciales que han recaído tradicionalmente en este ministerio.