El Instituto Argentino del Transporte (I.A.T.), creado en 2014, fue oficialmente disuelto a través del Decreto 870/2024. El objetivo es racionalizar el gasto público y eliminar duplicidades en la administración estatal.
El I.A.T. fue creado por la ex presidenta Cristina Kirchner y su ministro Florencio Randazzo para integrar los sectores público y privado en la planificación del transporte, promover la investigación en esta área y colaborar con el Ministerio del Interior y Transporte en la elaboración de programas de mejora.
Pero, a lo largo de los años, el Instituto comenzó a mostrar superposición de funciones con otras áreas de la administración, como la Secretaría de Transporte y la Agencia Nacional de Seguridad Vial, que ya lideraban la planificación y ejecución de políticas relacionadas con el transporte en el país.
Tras una evaluación del Gobierno, se determinó que muchas de sus funciones eran redundantes, lo que llevó a la decisión final de disolver el organismo.
Los motivos detrás de la disolución
El decreto justifica la disolución del I.A.T. en un contexto de optimización de los recursos públicos. Según el documento, la existencia del Instituto no se consideraba necesaria, ya que sus tareas podían ser asumidas por otras dependencias que ya estaban operando en el ámbito del transporte.
En el texto se menciona explícitamente la necesidad de maximizar la eficiencia del gasto, asegurando que los recursos estatales se destinen a áreas prioritarias y a quienes más lo necesitan.
Qué pasará con los recursos del I.A.T.
La totalidad de los recursos materiales y financieros del I.A.T. serán transferidos a la Secretaría de Transporte, que asumirá las funciones que antes desempeñaba el Instituto. De esta forma, el Gobierno busca evitar la duplicación de funciones y mejorar la eficiencia administrativa dentro del sector del transporte.
Además, el decreto deroga el Decreto Nº 1004/14, que había establecido la creación del Instituto, formalizando así su cierre definitivo.