En los últimos días se generó revuelo por un pedido de Graciana Peñafort, abogada y directora general de Asuntos Jurídicos del Senado de la Nación, al presidente Alberto Fernández para que indulte a Milagro Sala.
El kirchnerismo insiste en que la ex líder de la Tupac Amaru es una presa política, a pesar de la docena de causas que la complican y la cantidad de elemento existentes en los expedientes. En su momento, desde ese espacio político se supo capitalizar un “error”.
Se trata de una serie de audios que a principios del 2020 difundió Horacio Verbitsky en su portal El Cohete a la Luna en los cuales pueden oírse barbaridades si se tiene en cuenta que el protagonista es el titular del Superior Tribunal de Justicia (STJ) de la provincia de Jujuy, Pablo Baca.
“Milagro (Sala) está presa porque ese bendito tribunal entiende que si ella está suelta es un peligro para el gobierno; no por sus delitos, sino para que no tengamos que volver al quilombo permanente, a los cortes, a la quema de gomas” se escucha en los audios que, según el portal antes mencionado, fueron enviados a una jujeña de la cual no se conoce identidad y que los aportó al medio.
Más aún, Baca no negó que el que habla en esos audios sea él, simplemente atinó a excusarse mencionando que los audios fueron “obtenidos sin mi conocimiento, en forma ilegal y clandestina y corresponden a conversaciones privadas en el ámbito de la intimidad”.
Por obviedad, Milagro Sala apuntó al uso de esos audios al mencionar que “a nosotros nos hicieron una cama; le hicieron creer a todo el mundo que éramos culpables y que nos robamos todo. Demostramos en todos lados que no robamos”. Lo hizo en declaraciones al medio operador k, El Destape Web.
Es dable preguntar, ¿Y si es verdad que los audios fueron sacados de contexto para ser utilizados malintencionadamente como manifestó Baca? No parece casual que los audios se los hayan entregado a Verbitsky, defensor de la corrupción k y ministro sin cartera -operador- kirchnerista.
En ese sentido es necesario destacar un punto en particular, la ineptitud de la mayor autoridad judicial de la provincia de Jujuy no tiene relación con la inocencia de Milagro Sala.
En todo caso ¿Quién podría creer que Sala está libre de culpa y cargo? Al parecer son varios, ya sea por ideología política o por real ignorancia, los que expresan su parecer al manifestar que es una “presa política”.
Más aún, el indulto es una suerte de “perdón” por los delitos cometidos. En otras palabras, Peñafort reconoce los hechos que se le acusan a Sala.
Aunque, una de las declaraciones más acertadas la hizo en su momento el propio Alberto Fernández fue la que refiere a que en su Gobierno “no hay presos políticos”.
La ex líder de la Túpac Amaru fue condenada la noche del 14 de enero del 2019 a 13 años de prisión al ser considerada jefa de una asociación ilícita, y por los delitos de fraude a la administración pública y extorsión.
Se trata de la causa conocida como “Pibes Villeros”, en la cual quedó demostrado el latrocinio por 700 millones de pesos, en el que también habrían participado el ex secretario de Obras Públicas José López, y el ex gobernador de la provincia Eduardo Fellner, entre otros.
Incluso, en febrero del 2016, el juez Pablo Pullen Llermanos dictó también la detención de Sala acusándola de encubrimiento de homicidio ocurrido en el año 2007 y por lesiones agraves acontecidas en el 2006.
Cómo olvidar las represalias que sufrieron distintas personas por parte de la líder de la Túpac Amaru.
Cómo olvidar los testimonios de personas como Martín Jorge Rodríguez (ex integrante de Túpac Amaru), Soledad Angélica Mendoza (ex integrante de Túpac Amaru), Luis Bail (ex integrante de la Túpac Amaru), Bettina Condorí (ex integrante de la Túpac Amaru), Cecilia Velázquez (ex beneficiaria de la Túpac Amaru), Víctor Mendoza (ex secretario gremial del Sindicato Docente Jujeño), entre otras tantas víctimas.
La pata política
Mucho ha dicho Milagro Sala sobre la relación del actual gobernador de Jujuy Gerardo Morales y su intervención y/o injerencia en la Justicia provincial, sin embargo, nunca ha dado un dato o elemento concreto.
No obstante, la ex líder de la Túpac Amaru ha tenido cierta relación con distintos organismos.
Es dable rememorar que muchos de los damnificados, ya sea directamente por Sala o por la agrupación en cuestión, hicieron la primera denuncia ante la Secretaría de Derechos Humanos de la provincia y, posteriormente, ante el Ministerio Público Fiscal.
Las presentaciones fueron variadas, pero se basaron en dos delitos: extorsión y homicidio en grado de tentativa.
Sin embargo, el órgano de derechos humanos hizo caso omiso a las denuncias y, quien tenga alguna duda sobre la parcialidad político-partidaria, solo debe recordar que, luego de la detención de Sala, fueron, los que allí se desempeñan, quienes salieron a pedir por su libertad.
Conclusión
Más allá de la inoperancia de Baca o del manejo oprobioso y antojadizo de los audios, más allá del pedido específico de Peñafort, no se puede tildar a Milagro Sala de inocente.
A pesar de que sus seguidores, que no son pocos, quieran tildarla de Santa, es más bien una chanta y quien ostente alguna duda al respecto solo debe observar cómo cambió su estilo de vida luego de quedar al frente de esa organización.