Quizás no todo el mundo sabe que Mendoza, una de las principales ciudades de la Argentina en cuanto su poder turístico y cultural, presenta un marco italiano muy profundo en su arquitectura y planificación urbana. En el período que encierra desde la época colonial hasta el terremoto de 1861 que destruyó a la ciudad, se registró un fuerte impulso desde España pero también arribaron distintos tipos arquitectónicos de origen italiano, aún poco estudiados pero muy visibles.
En época de la reconstrucción de la ciudad, del progreso y de la gran inmigración (1880 a 1930), con la presencia de los ingenieros y constructores italianos en obras ferroviarias, hidráulicas y edilicias (iglesias, escuelas, bodegas, vivienda), el nuevo paisaje urbano de Mendoza fue caracterizado por una métrica en el todo y las partes.
Durante la segunda posguerra, este fenómeno se observó en el campo disciplinar de arquitectos italianos o descendientes directos de italianos: se destaca su protagonismo en la consolidación de la disciplina arquitectónica y la profesión en los organismos públicos y privados, pero también su presencia en el urbanismo y la arquitectura moderna de la provincia vitivinícola.
En este contexto, cabe destacar la figura de Enrico Tedeschi: teórico, crítico, docente e investigador. Sus antecedentes en Italia fueron relacionados con el organicismo italiano, cuyo principal teórico fue Bruno Zevi: su protagonismo en Facultades de Arquitectura de la Argentina (Tucumán, Córdoba, San Juan y Mendoza), la creación de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Mendoza, en 1961. Su visión y misión Formación de los arquitectos formados en la Scuola di Tedeschi.
Por ultimo, las proyecciones contemporáneas de la enseñanzas teóricas de Tedeschi en Mendoza, visibles en el IADIZA (Instituto Argentino de Investigaciones de Zonas Áridas), LAVH (Laboratorio de Ambiente Humano y Vivienda, hoy parte del CCT) y CONICET, Mendoza
En diálogo con Sábado Tempranísimo por Radio Mitre, Eliana Bormida, arquitecta egresada de la Universidad de Mendoza donde es actualmente profesora Emérita, contó: “Esto empezó en la época colonial, aunque había un monopolio de ideas españolas, las ordenes religiosas permitieron la llegada de italianos a la provincia. Desde el siglo XVIII se destaca la presencia muy importante de jesuitas en las misiones, en Córdoba, Buenos Aires y sobre todo Mendoza”.
“Aparte de haber mucho arquitectos, había también operarios y artesanos, y otra cosa muy importante fue la participación indirecta a través de publicaciones y tratados que se habían hecho en el renacimiento y que enseñaban el principio del buen proyectar y el buen construir a la manera de la Roma antigua. Estos libros sirvieron para ir desarrollando obras jesuíticas en todo el país. Por ejemplo en Mendoza, el edificio más antiguo que existe es la antigua Iglesia y el Convento de los jesuitas que estaba ubicada frente a Plaza Mayor”, explicó la licenciada.
Luego detalló que la segunda época donde se registró esta influencia italiana en la provincia, fue durante la revolución industrial. Afirmó que “trajo unos cambios enormes, nuestro país se estaba abriendo al mundo, había mucha movilidad social y fue una época de gran inmigración desde Italia. Llegaron muchos arquitectos y operarios. En Mendoza coincidió con la reconstrucción luego del terremoto, donde la presencia italiana fue sobresaliente. También llegaron ingenieros, que venían a proyectar nuevas obras con las últimas tecnologías de ese momento. Así proyectaron los edificios más importantes, templos, teatros, estaciones de tren, cárceles, viviendas y bodegas”.
Durante su carrera ha desarrollado paralelamente la práctica profesional, la docencia universitaria y la investigación, sus búsquedas se orientan hacia la promoción y el desarrollo sostenible de la cultura regional y su paisaje. Es titular del estudio Bormida & Yanzon, arquitectos, destacado internacionalmente por sus proyectos de bodegas vitivinícolas y que fue galardonado con el Premio Konex de Arquitectura (2012) y entre 2016 y 2019, consecutivos, se situó en el primer lugar entre los estudios de diseño de interiores de Argentina (Ranking Clarín Arquitectura).