En nuestra provincia, al igual que en el resto del país, se cuentan de a miles las problemáticas que a diario generan trastornos y dolores de cabezas a todos.
Estamos acostumbrados a hablar de Mendoza como ejemplo de honestidad y transparencia, e inclusive por estos lados nos jactamos de ser “diferentes” a otras regiones del país.
Por más Mendoza esté un tanto más ordenada en algunos aspectos, lo cierto es que hay situaciones que no pueden esconderse debajo de la alfombra.
La inseguridad, sin lugar a dudas, es una de las materias que esta gestión, la anterior, y otras tantas, vienen prometiendo corregir. Sin embargo, nada de eso ocurre.
Día tras día, la ciudadanía afronta su jornada con dudas, incertidumbre, desgano, y sobre todo con el temor de saber si realmente volverán a casa.
En las últimas horas, la provincia se vio conmovida por el asesinato de un hombre en Las Heras, en momentos en los que se dirigía a su trabajo como cualquier hijo de vecino.
Días atrás fue el turno de un joven venezolano, que llegaba a su casa en Ciudad, y recibió un balazo que terminó con su vida.
Ver: Ciudad: delante de su esposa y su hijo, fusilaron a un joven para robarle el auto
Las historias que trascienden son muchas, las que no también. Mientras seguimos esperando que algo cambie, los que deberían dar respuesta alguna, o poner la cara ante una ciudadanía embroncada y atemorizada, hacen silencio o miran para el costado.
Con esto no quiere decirse que los altos mandos no estén preocupados por este tipo de hechos, aunque pareciera que quienes tienen que tomar decisiones están desbordados y desorientados.
Mientras las respuestas no lleguen, lamentablemente la provincia seguirá padeciendo el aumento de la delincuencia, y peor aún, hechos que reflejan el desprecio por la vida.