Nadie se lo prometió jamás, ni tampoco hubo ofrecimiento formal alguno. No obstante ello, Máximo Kirchner se autopercibe presidente del PJ de la provincia de Buenos Aires.
Como es de suponerse, enfrenta la resistencia de los barones del conurbano. De algunos, no todos. La mayoría, desde ya.
Uno de ellos es quien lo sostiene con fuerza y apoyo: Martín Insaurralde, mandatario de Lomas de Zamora. Es aquel que oficia de nexo entre el hijo de Cristina y los otros intendentes. Y el que le “presta” su “territorio lomense” para moverse a sus anchas.
Otra que lo banca es Mayra Mendoza, intendenta de Quilmes y militante de La Cámpora, aunque solo de palabra. No como Insaurralde.
En lo que refiere al Ejecutivo provincial, dos de los que lo apoyan son el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, y el ministro de Desarrollo de la Comunidad bonaerense, Andrés “Cuervo” Larroque. A la sazón, otro miembro de La Cámpora.
La idea de Máximo es hacerse de poder en busca de dos objetivos claros: primero, “mojar” en el armado de listas del año que viene, cuando se den las Legislativas. Segundo, armar su propia senda camino a la presidencia de la Nación en 2023.
No le será sencillo, porque, como se dijo, hay mucha resistencia a su persona por parte de los intendentes.
¿Se vienen renuncias en masa en el partido peronista bonaerense como auguran los agoreros de siempre?
Macri, abanderado
Dato: Mauricio Macri no saludó este sábado a Elisa Carrió en su cumpleaños. Fue el único referente de importancia de Juntos por el Cambio que no lo hizo. Hasta Rodríguez Larreta se acordó… Y se animó.
El expresidente de la Nación intenta encontrar la manera de volver a posicionarse en la política vernácula, de la manera que sea.
Se le ocurrió algo bien original: tibiamente empezó a contactarse con los que impulsaron los banderazos contra el Gobierno de Alberto y Cristina.
Es una movida bien original, que intenta llegar a un sector que no se identifica con el Frente de Todos y podría coincidir ideológicamente con el macrismo.
Patricia Bullrich es la principal espada de Macri, pero otros miran con recelo la avanzada, como Rodríguez Larreta. Lo siente como una puñalada por la espalda, en el marco de su intento por ser el gran armador de 2021 y el candidato presidencial de 2023.
Por ahora, las charlas con los que hacen banderazos es por Zoom, pero ya se está pensando en un encuentro personal con algunos de los referentes en cuestión.
El gran vacunador
Finalmente, el dato que viene es el de la vacuna contra el coronavirus. No por el escándalo de la Sputnik V, sino por lo que se está pergeñando ahora mismo en sede del Ministerio de Salud a cargo de Ginés González García.
Segundas líneas de esa cartera están armando bosquejos de lo que será la obligatoriedad de la “dosis” contra el Covid en el calendario de vacunación anual.
El beneficiario ya tiene nombre y apellido: Hugo Sigman, el mismo que ya fue bendecido en 2009 por Cristina Kirchner, al asignársele el millonario curro de la vacuna antigripal a su empresa Sinergium Biotech.
El empresario farmacéutico, célebre por sus vínculos con la efedrina, es el gran aportante de puntuales referentes de la política. En su momento lo hizo con la hoy vicepresidenta; en 2019, le ha puesto una millonada a Alberto.
El agradecimiento a ese apoyo dinerario se contabiliza en negocios contantes y sonantes, como puede verse.