En Guaymallén las cosas están al rojo vivo. A las decenas de denuncias por diversas irregularidades que salpican al Ejecutivo, como es el caso del polémico viaje de Marcos Calvente y un par de funcionarios a Barcelona en noviembre, se le sumó ahora el pedido de renuncia del jefe comunal a todo su gabinete.
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El tema, que rápidamente trascendió y levantó polvareda, surge justo cuando la interna entre Calvente, y su antecesor Marcelino Iglesias, comienza a elevar temperatura.
Si bien desde el palacio municipal intentaron apaciguar las aguas y vincular el pedido de Calvente a una especie de reestructuración interna, esta postura no convence del todo.
El pedido de Marcos Calvente cayó como un baldazo de agua helada y pareciera ser el comienzo de la que será la novela vel verano.