Malestar y preocupación por un pozo séptico a punto de colapsar en una escuela de Godoy Cruz

Desde hace más de dos semanas, los alumnos del colegio Roque Sáenz Peña del barrio Trapiche no asisten a clases debido al serio inconveniente.

Una situación por demás preocupante se originó hace tiempo en la Escuela 1-702 Doctor Roque Sáenz Peña del barrio Trapiche.

Resulta que los alumnos del establecimiento primario “hace dos semanas no tienen clases”, debido a una “obra de cloacas”, tal cual difundió la Dirección General de Escuelas (DGE).

Este cronista dialogó con Lorena Castellino, madre de una alumna de la institución, que reveló un detalle mucho más preocupante: “No hay cloacas, hay un pozo séptico a punto de colapsar”, con los riesgos para la salud que esto implica.

“Hace más de un mes nos llamaron como a las 10 de la mañana, diciéndonos que teníamos que ir a retirar a los niños porque se habían tapado las cloacas”, dijo la mujer a News Online.

“Imaginate el peligro para los niños, directivos, docentes y para todos los que entran a la escuela”, agregó la mujer, notablemente preocupada y enfadada por esta situación.

La Escuela 1-072 Doctor Roque Sáenz Peña está ubicada en la calle Bravo.

Cuando parecía que el dictado de clases volvía a la normalidad, otra insólita situación desmoronó la ilusión de los niños que ansiaban con regresar a las aulas.

“El miércoles me mandaron un informe desde la Escuela Roque Sáenz Peña diciéndome que iniciaban las clases el lunes 18, pero la alegría duro poco”, expresó Castellino.

A las 24 horas, el jueves 14 de abril, “a las 21 nos dijeron que no empezaban nada las clases porque faltaba la inspección de la DGE para ver si la obra estaba en condiciones”.

Los padres de los niños, molestos por este problema, se ilusionan con que “esta semana se solucione todo”.

Igualmente, los progenitores son conscientes de que “los tiempos de la DGE son un poco más dilatados que lo de la gente normal”.

Esta suspensión de clases elevó la temperatura entre los padres, ya que tras el largo periodo de la bendita virtualidad por la pandemia, ahora volvieron a tener que obligar a los niños a “sentarse detrás de la computadora” y ven que el avance pedagógico es escaso.

“¡Mi hija quiere ir a la escuela!”, no quiere más tareas virtuales, quiere estar en la escuela que ama, con sus compañeritos y su señorita”, sostuvo la informante.

En todo momento de la charla, Castellino se mostró muy a gusto con el accionar de los directivos de la institución, ya que “se hablaba de que los niños habían corrido riesgos de caer a un pozo”.

Esto no fue así. “Fui a la escuela, la directora me hizo pasar y ver el pozo en donde está el problema. Ese patio está clausurado y los niños no tienen acceso”.

“Me dio tranquilidad que la directora me deje pasar y me explique en profundidad el problema”, añadió.

Y siguió: “La gran culpa es de la DGE que deja que las escuelas se caigan a pedazos y este es el resultado. La directora en la reunión nos dijo que le dan 2.600 pesos por mes para mantener el establecimiento, ¿qué hacen con 2600 pesos?”

“Esto viene desde arriba, muy de arriba y ahí es donde hay que ir y presionar”, completó.

 

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