Maradona, Maradona, Maradona. Esa fue la palabra que más se pronunció durante esta semana en la Argentina luego de la muerte del “Diego”.
No faltó en el marco del velorio del astro el provechamiento político y las acusaciones cruzadas. Todos contra todos.
Por caso, el gobierno nacional acusó con dureza a Horacio Rodríguez Larreta por lo ocurrido. Pero el alcalde porteño tiene una carta en la manga para quitarse de encima ese sambenito: las comunicaciones entre las autoridades de las fuerzas que participaron en el velatorio de Diego Maradona, que quedaron registradas en la Dirección de Operaciones de la Policía de la Ciudad y revelan que la responsabilidad fue del gobierno nacional.
Algo había anticipado ya el vicejefe de gobierno porteño, Diego Santilli: “El operativo lo organizó la Casa Rosada y nosotros colaboramos. La orden de interrumpir la fila la dieron las fuerzas de seguridad nacionales”.
En ese contexto, la ministra de Seguridad de la Nación, Sabina Frederic, quedó severamente cuestionada. Incluso hay quienes aseguran que en las próximas horas será removida de su cargo.
Más allá de que ello ocurra, o no, es cierto que hay un elocuente malestar respecto de su persona en la Casa de Gobierno. Lo sucedido esta semana se suma a los desaciertos que la funcionaria viene cometiendo.
A ello hay que agregarle un dato no menor: es una de las ministras que, según Cristina Kirchner, “no funciona”.
Reunión secreta K
Durante la semana que pasó, Cristina se reunió en secreto con Martín Guzmán. Allí le manifestó sus críticas (durísimas) respecto del programa económico —por llamarlo de alguna manera— que viene aplicando Alberto.
El ministro de Economía solo atinó a echarle la culpa al BCRA: “Avanzó en medidas incorrectas, que desencadenaron en la corrida bancaria”, dijo. La vicepresidenta coincidió con él.
Acto seguido, Cristina insistió en criticar a Alberto, al mencionar que “el gobierno no avanza, no encara una solución de fondo”.
Y dejó un vaticinio tremendista: “Se puede desmadrar todo”. ¿Fue una expresión de temor o una expresión de deseo?
Y en tren de preguntas: ¿Es casual que Guzmán empezara a criticar en las últimas horas la incesante emisión de pesos por parte del gobierno? ¿O fue producto del encuentro con la vicepresidenta?
Preguntas sin respuesta.
Reunión secreta M
Los dos tienen aspiraciones personales. Ambos quieren “mojar” en el armado de listas de cara a las elecciones legislativas 2021.
Incluso los dos quieren ocupar la primera magistratura argentina en 2023. Se trata de Mauricio Macri y Horacio Rodríguez Larreta.
Sin embargo, los dos han entendido que, si trabajan por separado, no solo no llegarán a ningún lado, sino que además la división les jugará en contra.
Por eso, han decido hacer una tregua. Y así se lo hicieron saber a sus “tropas”. A esos efectos, personeros de uno y otro bando se juntaron en secreto en un club de la localidad de Hurlingham, provincia de Buenos Aires.
Por el lado de Macri, el embajador” fue Miguel Picheto; desde las filas de Rodríguez Larreta, hubo dos representantes: Diego Santilli y Emilio Monzó. Luego se sumaron conocidos diputados y concejales del PRO.
¿Qué se habló allí? Básicamente se selló un acuerdo, enfocado de lleno a las elecciones legislativas del año próximo en la provincia de Buenos Aires. Lo que ocurra en otros distritos pasa a segundo plano. Lo importante es solo lo que pase en ese terruño. Al menos durante 2021.
En dicho marco, se habló de trabajar en favor de la reelección de los intendentes bonaerenses y de establecer una boleta única. Una estrategia nada original.
Acaso la única revelación fue la propuesta que hizo uno de los presentes, de postular como candidato a uno de los economistas más reputados del país: Carlos Melconián.
Aún no se lo han dicho a este último. Habrá que ver qué responde cuando llegue el momento.
A cruzar los dedos.