Los gastos con tarjeta de crédito presidencial de Jair Bolsonaro correspondientes a sus cuatro años de mandato causan asombro en Brasil por el volumen de dinero y de qué manera los implementó.
Los extractos de las tarjetas de la presidencia fueron publicados esta semana en una web oficial del gobierno de su sucesor, Luiz Inácio Lula da Silva, en el poder desde el 1 de enero.
En ellos se refiere más de 21.000 dólares en un modesto restaurante, casi 11.000 en una pastelería al día siguiente de la boda de su hijo y unos 1.700 en heladerías.
El actual gobernante de izquierda, que asumió por tercera vez, comenzó a levantar un secreto de 100 años impuesto por su predecesor ultraderechista sobre miles de documentos oficiales.
Un total de 27,6 millones de reales (unos 5,4 millones de dólares al cambio actual) se gastaron en el cuatrienio con esa tarjeta, que fue utilizada por 21 miembros de su equipo.
Si se tienen en cuenta los ajustes por la inflación, el gasto es casi la mitad del realizado durante el primer mandato de Lula (2003-2007), aunque el del líder de izquierda estaba relacionado principalmente a alojamientos para viajes al extranjero.
Pero este no es el caso de Bolsonaro, que no hizo de las relaciones exteriores una prioridad y que durante su gestión se jactó en varias ocasiones de no haber gastado “ni un céntimo” de la tarjeta de crédito presidencial, a diferencia de sus antecesores.
El portal de noticias local UOL, por ejemplo, descubrió que se gastaron 1,2 millones de reales (unos 235.000 dólares) en los 28 días de sus vacaciones oficiales al final de los años 2019, 2020 y 2021.
El 2 de enero de 2022 se efectuó un pago de más de 71.000 reales (casi 14.000 dólares) en una gasolinera del estado de Santa Catarina, donde Bolsonaro provocó un escándalo al practicar jet-ski mientras terribles inundaciones afectaban a varias regiones del país.
La tarjeta de crédito presidencial también se utilizó para pagar 1,46 millones de reales (más de 280.000 dólares) durante cuatro años en un hotel de lujo de Guarujá, un balneario cercano a San Pablo.
Según la página web del sitio de noticias G1, ese hotel hospedó a miembros del equipo presidencial mientras Bolsonaro se alojaba en un complejo militar.
El mayor gasto en comida es también el que suscita más preguntas: 109.266 reales (unos 21.400 dólares) gastados de una sola vez en un modesto restaurante de Boa Vista, en el estado amazónico de Roraima.
El monto es suficiente para pedir más de 2.000 veces el plato más caro del lugar: pollo asado con harina de mandioca (yuca), al módico precio de 50 reales (9,8 dólares).
La tarjeta de crédito de la presidencia también se utilizó para pagar más de 362.000 reales (71.000 dólares) durante cuatro años en una panadería de Rio de Janeiro.
La cuenta incluye 55.000 reales pagados de una sola vez el día después de la boda de Eduardo, el tercer hijo de Bolsonaro, y 33.000 en la víspera de una procesión en moto organizada por partidarios del exdignatario por las calles de la ciudad.
En total, se gastaron 8.600 reales (casi 1.700 dólares) en heladerías, en 62 compras en cinco establecimientos, recogió la agencia de noticias AFP.