Las señales que deja el nuevo gabinete de Alberto Fernández

Tras la derrota electoral del pasado domingo, una crisis política interna sacudió al gobierno nacional que tuvo sus primeras explosiones el miércoles cuando funcionarios cercanos a Cristina Fernández pusieron su renuncia a disposición del presidente.

Pasaron cinco días días de total incertidumbre y de gestión paralizada: Alberto Fernández mantuvo la “unidad” formal de la que depende su mandato, pero cedió hombres y mujeresCristina Kirchner ganó más poder en el equipo de ministros pero se expone, por eso mismo, a ser la responsable de una eventual derrota más dura en noviembre.

Analizando sólo los nombres del nuevo Gabinete, es difícil determinar qué ganó Alberto Fernández.

“Wado” de Pedro fue una de las sorpresas: el jueves, en Presidencia informaban que el ministro cristinista de mayor peso político en el gabinete nacional, quedaría fuera del Ejecutivo. En las horas siguientes hubo marcha atrás: De Pedro no solo quedó en su puesto sino que acompañó al Presidente en su viaje a La Rioja para reunirse con gobernadores.

El funcionario quizás más criticado por el kirchnerismo era Santiago Cafiero. Cuando estalló la crisis interna, en Casa Rosada ya daban por hecho que el Presidente debería desplazar a su jefe de ministros, pero que el cristinismo debería pagar con la salida de De Pedro. Finalmente, Cafiero no dejará el Gabinete, pero sí su puesto de relevancia: ahora será canciller, mientras el ministro del Interior seguirá siendo el ministro del Interior.

El nuevo jefe de Gabinete será, desde este lunes, el gobernador tucumano Juan Manzur. El mandatario provincial fue, durante los años de gobierno macrista, uno de los dirigentes del PJ más críticos con Cristina Kirchner. Sin embargo, aunque es una figura de fuerte peso político en el peronismo y cercano al Presidente, su llegada al Ejecutivo también pasó por una decisión de la vicepresidenta, según lo dejó en claro ella misma en su carta.

El hasta ahora ministro de Ciencia y Tecnología, Roberto Salvarezza, fue el único de los funcionarios nacionales que se plegó a la jugada cristinista y fue reemplazado. En su lugar irá Daniel Filmus, de buena relación tanto con el Presidente como la vice. Por otra parte, los ministros Felipe Solá (Cancillería), Sabina Frederic (Seguridad), Luis Basterra (Agricultura) y Nicolás Trotta (Educación), que no habían presentado su renuncia, fueron desplazados. Solá se enteró en pleno viaje a México, y dejó trascender su enojo.

La reforma del gabinete también supuso el retorno de exfuncionarios de Cristina Kirchner al Ejecutivo. Aníbal Fernándezjefe de Gabinete entre 2009 y 2011 y en 2015, fue designado como nuevo ministro de Seguridad de la Nación en reemplazo de Frederic. Julián Domínguez volverá a Agricultura, cartera que comandó entre 2009 y 2011 para pasar a ocupar, durante el último gobierno cristinista, la presidencia de la Cámara baja hasta 2015.

El ministro de Economía, Martín Guzmán, otro de los funcionarios más criticados por el cristinismo en el último año de gestión, permanecerá en su cargo al menos hasta noviembre. El kirchnerismo se encargó de informar que, en plena crisis, la vicepresidenta lo llamó para tranquilizarlo y asegurarle que no había pedido su desplazamiento. La incógnita entonces queda rondando sobre si su continuidad no fue entonces decidida por la propia vicepresidenta y no por defensa férrea de Alberto Fernández.

En su carta, Cristina Kirchner dejó en claro por qué cree que el oficialismo perdió las elecciones: “Señalé que creía que se estaba llevando a cabo una política de ajuste fiscal equivocada que estaba impactando negativamente en la actividad económica y, por lo tanto, en el conjunto de la sociedad y que, indudablemente, esto iba a tener consecuencias electorales. No lo dije una vez… me cansé de decirlo… y no sólo al Presidente de la Nación”, escribió.

La vicepresidenta pidió revisar el Presupuesto que el ministro Guzmán ya envió al Congreso y que prevé un acuerdo con el FMI, una baja del déficit fiscal y el recorte de subsidios energéticos. El Ejecutivo avanzará de cara a noviembre siguiendo la receta de Cristina Kirchner: aumentar aún más el nivel de gasto con medidas de asistencia económica. Este sábado, Alberto Fernández ya anunció su compromiso de “acelerar la gestión del nuevo esquema de anuncios sociales y económicos para dar respuesta a quienes más nos necesitan”.

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