El vocero de las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO), Vladimir Mjéev, confirmó el incremento del número de personas que sufren hambre a nivel mundial, debido a las desigualdades que provocó la pandemia del coronavirus.
Además, el vocero dijo que la problemática podría solucionarse, siempre y cuando se reduzca el número de personas que pasan hambre a 60 millones cada año. De todos modos, aclaró que este proyecto por ahora es “improbable”, debido a que el virus trajo aparejado consecuencias como la destrucción de cadenas de logística, la alteración de los sistemas de producción de alimentos y la imposibilidad de que los inmigrantes vayan a recoger las cosechas de otros países.
Mjéev remarcó: “La pandemia nos hizo dejar atrás nuestros planes para eliminar el hambre. Aumentó el número de personas que sufren hambre crónica en 130 millones de personas”.
Añadió que de acuerdo a los cálculos que llevó a cabo el organismo, se precisan mínimamente cerca de 200.000 millones de dólares para recuperar los sistemas ecológicos de la tierra para 2030, sin tomar en cuenta la contaminación de plástico que existe en el océano.
El portavoz también expresó que, según los cálculos de la FAO, a principios del 2021 un 8,9% de la población mundial y unos 811 millones de personas padecen hambre tras la llegada del coronavirus.
A comienzos de este mes, el organismo pidió una financiación de 1.500 millones de dólares para salvar a muchas personas de la hambruna en 2022. Sin embargo, para terminar con este problema se precisa de un aumento en la producción del 50%, ya que para 2050 la población de la Tierra aumentará hasta unos 10.000 millones.