La UCIM se la agarró con Alberto Fernández: “Nuestro país está a la deriva”

Criticaron en duros términos las últimas medidas económicas dispuestas por el Gobierno nacional, como así también los cambios en el Gabinete.

Por medio de un comunicado, la Unión Comercial e Industrial de Mendoza (UCIM) apuntó contra el Gobierno nacional, y aseguraron que “nuestro país está a la deriva”.

“El descomunal enfrentamiento político entre el Presidente Alberto Fernández y la Vicepresidente Cristina Fernández, deja a las claras que lo importante acá es el poder político, no los ciudadanos, ni el país en general”, inicia el documento.

“Parece que para nuestras autoridades y sobre todo, los funcionarios encargados de manejar la economía, detener la inflación, garantizar condiciones para la creación de riqueza y la generación de empleos, estimular la producción y garantizar derechos básicos, no son prioridad. Las peleas, dejaron al descubierto sus verdaderos intereses: demostrar quién ‘manda’ y quién y cómo maneja la enorme caja que significa el estado nacional, para distribuirla según sus discrecionalidad y necesidades, en el mejor de los casos”, continúa el escrito.

Todos, contemplamos la incapacidad de acordar dentro de un mismo frente que ellos mismos formaron. Esos mismos que no pudieron concretar ayudas efectivas para la fuerza productiva del país, obligadas, por su propia necesidad y responsabilidad, a sostener su actividad, manteniendo los empleos y aportando al inmenso estado por el que se están peleando”, expresaron en referencia a las internas oficialistas.

Sobre el cierre, se esperanzaron con que “Ojalá esto que está pasando sea solo una pesadilla, y que cuando despertemos en noviembre encontremos a dirigentes a la altura de las circunstancias y dispuestos a aportar trabajo, conocimiento y altura moral para diseñar un destino digno para los argentinos”.

El comunicado completo

Tras los hechos vividos en nuestro país, luego de conocidos los resultados de las PASO hoy, más que nunca, podemos afirmar que nuestro país está a la deriva.

El descomunal enfrentamiento político entre el Presidente Alberto Fernández y la Vicepresidente Cristina Fernández, deja a las claras que lo importante acá es el poder político, no los ciudadanos, ni el país en general.

Parece que para nuestras autoridades y sobre todo, los funcionarios encargados de manejar la economía, detener la inflación, garantizar condiciones para la creación de riqueza y la generación de empleos, estimular la producción y garantizar derechos básicos, no son prioridad. Las peleas, dejaron al descubierto sus verdaderos intereses: demostrar quién “manda” y quién y cómo maneja la enorme caja que significa el estado nacional, para distribuirla según sus discrecionalidad y necesidades, en el mejor de los casos.

La preocupación por los más de 114.000 fallecidos por la pandemia y todo lo que falta para que los 4,3 millones de adultos argentinos (gran parte de la población de riesgo) puedan vacunarse, parece haber quedado atrás. Lo que resta del 62,4&% de la población que recibió una sola dosis o los 12,7 millones de niñas, niños y adolescentes (en base a datos de lo proyectado por el INDEC) que aún no reciben ninguna dosis, tampoco los desvela en estas horas .

Sin entender el mensaje de las urnas –que simplemente estaban pronunciándose sobre pre candidaturas- están mostrando no solo lo peor de la política sino de las miserias humanas. La ciudadanía reacciona primero, sorprendida y después, incrédula ante el lamentable espectáculo al que no nos queda otra que asistir.

Como si el nivel más bajo de participación desde que existen las pasos -67% del padrón nacional- y el casi 10% de votos en blanco, en el caso de Mendoza no fueran un claro mensaje de hastío y desinterés por lo que realizan nuestros dirigentes y no significara un suficiente llamado de atención. 

Mientras tanto, los más de 50% de pobres de nuestro país están preocupados por saber cómo van a llegar a fin de mes, qué van a comer mañana o por cuánto tiempo van a poder sostener sus precarios trabajos.

Por otro lado, los empresarios, se desvelan por cómo sostener las fuentes de trabajo, sus emprendimientos y de qué manera van a poder pagar la infinita cantidad de impuestos a los que están obligados.

Todos, contemplamos la incapacidad de acordar dentro de un mismo frente que ellos mismos formaron. Esos mismos que no pudieron concretar ayudas efectivas para la fuerza productiva del país, obligadas, por su propia necesidad y responsabilidad, a sostener su actividad, manteniendo los empleos y aportando al inmenso estado por el que se están peleando.

La clase política no entiende o no quiere entender: Se les ha expuesto a través de todos los medios posibles acerca de la complicada situación del Comercio, Servicios e Industria y cuáles son las probables soluciones para salir adelante y dinamizar las diversas actividades productivas. Con honrosas excepciones, la respuesta ha sido el silencio o “parches“ que todos saben que están destinados a fracasar. 

Las tan mencionadas Economías Regionales del país, siempre presentes en la boca de la clase política, se encuentran en peligro extremo y además, saben que pueden estar peor. De allí los cierres y la cantidad de empresas, familias y jóvenes que se van del país.

Sin dudas, ningún gobierno se imaginó tener que atravesar la gran debacle de la covid, pero sabemos que pueden morir más si no se completa el trabajo ineludible del estado.

Toda esta crisis política no sería tan grave si junto al riesgo de salud que sufrimos los argentinos, no estuvieran condenadas al mismo destino miles de empresas que pudieron llegar hasta acá. O si cientos de miles de argentinos no siguieran desvelados por el miedo de perder el empleo o si millones no arriesgaran su salud física y mental y la de sus hijos por no tener acceso a la satisfacción de sus necesidades básicas. El 60% de los niños de nuestro país son pobres. ¿Lo olvidaron?

Las elecciones para designar a nuestros representantes al congreso, las legislaturas y concejos deliberantes están muy próximas.

Ojalá esto que está pasando sea solo una pesadilla y que cuando despertemos en noviembre encontremos a dirigentes a la altura de las circunstancias y dispuestos a aportar trabajo, conocimiento y altura moral para diseñar un destino digno para los argentinos. Recordemos a nuestros abuelos, a los miles de inmigrantes que llegaron escapando del horror de la guerra de Europa y que con su trabajo hicieron de Argentina una de las primeras del mundo, admirada y reconocida por su economía, educación, creciente clase media y la fuerte atracción que ejerció para que más vinieran para engrandecerla. 

Definitivamente, nos merecemos un país mejor.

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