La cerradura egipcia es el primer cierre mecánico para la historia. Se cree que la primera cerradura creada en Egipto, varios siglos antes de Cristo. Estos dispositivos consistían en un pasador horizontal de madera encajado en la puerta que se deslizaba a través de una guía para encajar en un agujero hecho en el arco de la puerta. Para movilizar todo eso, era necesario utilizar un pedazo de metal curvo. Una suerte de llave primitiva e impedía el paso de los extraños que no tuvieran este instrumento.
A raíz de la Revolución Industrial y del consecuente desarrollo de la industria metalúrgica en la Europa del siglo XVIII, los cerrajeros fueron capaces de crear cerraduras mucho más duraderas y llaves fáciles de utilizar. Fue durante el correr de ese siglo, cuando los más famosos cerrajeros lograron mejorar los diseños que se habían mantenido en gran parte sin cambios significativos desde la caída del Imperio Romano. “Junto con la creación de diversos y exitosos diseños y la producción industrial en masa, la cerrajería fue acercándose cada vez más a lo que es en la actualidad”, comentan los expertos.
En la actualidad y si bien se trata de un oficio que requiere un importante grado de habilidad, conocimientos y experiencia, la cerrajería se ha convertido en algunos casos, en una salida laboral para quienes no logran insertarse en ese aspecto, y “esto ha ido en detrimento del sector, ya que, hoy por hoy, el cerrajero profesional debe realizar grandes esfuerzos para diferenciarse de aquellos “manitas” que incursionan en el rubro”, argumentan.
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