En un hecho inédito, la NASA desvió la trayectoria de un asteroide estrellando contra él una nave kamikaze. Se trataba de una prueba de defensa planetaria que permitiría proteger a la Tierra de una eventual amenaza futura.
La misión de redirección de asteroides DART despegó en noviembre desde California y después de diez meses de viaje, la nave espacial chocó contra el asteroide Dimorphos a una velocidad de más de 20.000 kilómetros por hora.
La nave no es más grande que un automóvil y el asteroide tiene unos 160 metros de diámetro, es decir la mitad de la altura de la Torre Eiffel.
“Es importante hacer esto antes de que descubramos una necesidad real“, había dicho Andrea Riley, a cargo de la misión en la NASA.
Al mismo tiempo, explicaron que no se trató de destruir el asteroide sino de empujarlo ligeramente con una técnica que se llama impacto cinético.