“Pertenecer tiene sus privilegios”, sabía decir una vieja publicidad de una tarjeta de crédito. Es una frase a la cual parece adherir “Marita” Perceval, otrora embajadora argentina ante las Naciones Unidas entre 2012 y 2015, gracias a su amistad con Cristina Kirchner.
Anteriormente supo ser Senadora Nacional por la provincia de Mendoza y hasta escaló como directora regional para América Latina de Unicef.
Y ahora mismo, gracias a esos contactos, María Cristina Perceval logró un nuevo “conchabo”, como asesora de Nicolás Trotta en el Ministro de Educación de la Nación. Con un salario que supera los $ 300.000 mensuales.
Aparece tal designación en el Boletín Oficial de este martes, con la firma del mismísimo Trotta.
¿Será en agradecimiento a que Perceval supo firmar en diciembre pasado una escandalosa solicitada a favor de Amado Boudou, la misma que pocos se animaron a rubricar?
Lo curioso es que hace menos de un mes la mujer había renunciado como subsecretaria de Políticas de Cooperación Internacional en el mismo Ministerio de Educación. Un dato ciertamente suspicaz.
Sea como fuere, la mujer siempre sabe caer bien parada. A pesar de sus desaciertos. Como en 2013, cuando, como embajadora argentina ante las Naciones Unidas, defendió la matanza feroz que ocurría en Siria. Con un saldo de 1.300 muertos.
Ya se dijo… pertenecer tiene sus privilegios.