Paolo Goltz habló luego del empate contra Independiente (2-2) y explicó la insólita situación que sorprendió a todos, en especial a sus compañeros del Sabalero.
El experimentado defensor cometió un penal infantil, a los 31 minutos del segundo tiempo, tras tomar la pelota con las manos después de un toque del arquero, Ignacio Chicco, dentro del área. Esto generó el cobro de un penal por parte de Nicolás Lamolina, el árbitro encargado del partido.
“Uno se tiene que hacer cargo pero el árbitro toca el silbato cuando le conviene. Me da bronca porque no estamos para regalar este tipo de cosas en la situación que estamos. Soy bastante grande como para asumir si fue error mío“, expresó Goltz en declaraciones apenas finalizó el partido disputado en Avellaneda.
Goltz insistió en que Lamolina “no dio la orden” para reanudar el juego y que él tenía en la cabeza mover la pelota porque es una jugada practicada con Chicco.
Sin embargo, el reglamento favorece a Lamolina ya que el saque de meta puede realizarse sin necesidad de que el árbitro dé la orden con su silbato.
Antes de finalizar, el entrerriano reiteró su bronca por el empate y se reprochó que por edad y siendo el capitán del equipo no puede “cometer estos errores”.