Mario Vadillo, diputado provincial por el Partido Verde, brindó su opinión sobre la Ley de Humedales y la importancia que esta implica para Mendoza.
Un verano atípico nos azota, temperaturas extremas, continuado de un frio desconocido en un enero mendocino. Todos culpan al cambio climático, quien ahora ya se le atribuye la falta de agua, las peleas por Portezuelo, el cambio de obras, los faltantes de agua en los domicilios, y tanto más.
Más allá de eso, algo si queda claro, y es que los mendocinos terminamos siempre en discusiones banales y obviando las necesarias. Hablar de la importancia de los humedales de nuestra provincia.
S.O.S. HUMEDALES MENDOZA: Exigimos valorar, gestionar, restaurar, amar los humedales.#2F 10:00 hs frente Legislatura vení al festejo y homenaje al #DíaDeLosHumedales #FundaCullunche #PartidoVerde pic.twitter.com/o26JZzJhYl
— Mario Vadillo (@mnvadillo) January 31, 2022
En Buenos Aires, el tema se puso en discusión gracias a los Carpinchos, ese famoso animalito que inundó los diarios de fotos y las redes de memes pero que finalmente pudo poner en carpeta lo que sucede con las reservas de agua más importantes para nuestro ecosistema.
Ver: Carpinchos sueltos en Nordelta: “La naturaleza devuelve el daño que le hacen”
¿Qué pasa en Mendoza con los humedales? ¿Cuántos mendocinos conocen esta problemática? Mendoza posee diversos sistemas de humedales tanto al norte como al sur de la provincia. Algunos como la Laguna de Llancanelo, ubicada en el departamento de Malargue, que fue declarada sitio Ramsar de interés mundial, actualmente está seca, básicamente.
Mendoza parece haber ingresado en una especie de Guerra de agua ante el faltante, donde las denuncias cruzadas no se detienen, desde las zonas cultivadas que exigen sus caudales necesarios, los usuarios del servicio que no tienen agua por días, AySAM que atribuye a falta de agua y suciedad en los cauces, y tantos más que hasta se metieron en Portezuelo para que ante el faltante de caudal en Rio Grande haga repensar la mega obra como venimos denunciando.
Veamos el caso concreto de los humedales; los caudales mínimos necesarios para el sostenimiento de los mismos y ecosistemas de la provincia de Mendoza están regulados por las normativas vigentes. Entre ellas destacando incluso permisos de riego en Llancanelo donde DGI debe garantizar el caudal mínimo continúo para poder sostener este sitio, en beneficio de la flora y fauna de todo el ecosistema.
Sin embargo, el abandono por parte del estado provincial a dicho sitio, ha terminado en una sequía histórica del mismo, incluso con denuncias públicas de perforaciones subterráneas ilegales tanto de pozos petroleros cercanos como de usuarios de riego.
Ver: Mendoza se sumó a la Huelga Mundial por el Clima
El sostenimiento de caudales mínimos para estos ecosistemas garantiza la preservación de la fauna y flora local, como así también poder hacer el uso turístico de dichos sitios con el esplendor que los mismos tienen.
Desde el bloque legislativo que represento, Partido Verde / Ciudadanos por Mendoza, hemos puesto en tratamiento diferentes proyectos con estos fines, como la declaración de Área Natural para Laguna de Soria y Viborón, ambos humedales cercanos al gran Mendoza que estaban siendo invadidos por proyectos inmobiliarios, y que sufrieron una sequía histórica en los últimos años.
Independientemente de si se encuentran en Europa, Asia, las Américas, África, Australia o cualquier lugar del planeta, los humedales proporcionan servicios a todos los pueblos del mundo y su continua destrucción tendrá consecuencias imprevistas con repercusiones para todas las economías del mundo y para cada uno de nosotros.
Perder los humedales que Mendoza posee traería consecuencias nefastas como puede ser la pérdida definitiva de fauna y flora autóctona de cada área, que se ha ido viendo reducida por la muerte de la fauna reinante como así también la inminente migración de la misma en búsqueda de ecosistemas similares. También cabe remarcar la pérdida económica que puede significar desde la pérdida del recurso como hasta el desistimiento del turismo a dichas áreas como atractivo turístico único y de una belleza inigualable.
En una provincia donde solo el 3% es irrigado, debemos entender como estos sitios de humedal natural posibilitan la vida alrededor y la creación de ecosistemas que hacen realidad la habitabilidad de áreas inhóspitas y desérticas. No podemos seguir siendo sordos al pedido de ayuda que el ambiente nos está dando; seamos parte de la defensa de aquel que nada nos pide a cambio y todo nos da, el agua de Mendoza es sagrada.