Con las elecciones presidenciales a la vuelta de la esquina, Coca Cola le informó a los comercios de todo el país que aumentará un 35% los precios de todos sus productos, el día después de los comicios.
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La decisión no cayó bien en el gobierno, sobre todo en el área de Comercio Interior manejada por Matías Tombolini. Desde la multinacional de bebidas y gaseosas comunicaron a los comercios de todo el país “aumentos preventivos”, y admitieron que no respetarán los acuerdos de precios hasta que no haya asumido el nuevo presidente, para no perder márgenes de utilidad. La decisión tiene gran impacto, ya que el gigante multinacional tiene una participación del 65% en las góndolas.
Esta novedad la hizo trascender Coca Cola Company, la empresa madre, y las distribuidoras y embotelladoras que tiene la marca en todo el territorio nacional. Entre ellas figuran las de la zona del AMBA, Reginald Lee y Femsa, y las del interior, Distribuidora Atlántica, Andina, Arca y Continental.
En paralelo, los comercios de Capital, GBA y del interior se sorprendieron, también, ya que la empresa fue clara y remarcó que no respetará los acuerdos de precios ya que, señaló, no tiene claro quien gestionará el país luego de los comicios del 22 de octubre.
En el Ministerio de Economía hicieron notar que la actitud de Coca Cola “contrasta con una mesura” exhibida por gigantes de la alimentación como Arcor, Molinos, Ledesma y Mastellone (La Serenísima).