La Corte Suprema de Justicia de Perú avaló por primera vez en su historia una eutanasia. La misma fue para una mujer que sufre de una enfermedad sin cura.
El fallo del juez supremo Augusto Ruidíaz contó con los cuatro votos positivos -hubo otros dos negativos- para autorizar el derecho a la psicóloga Ana Estrada (45).
El caso tomó la vía judicial luego que la Defensoría del Pueblo representara a Estrada y enviara una demanda de amparo para que le den lugar a su pedido por una muerte en condiciones dignas.
El abogado de la mujer, Walter Gutiérrez, declaró en televisión que “es una sentencia realmente trascendente, porque reconoce el derecho a decidir en la parte final de su vida, terminar con el sufrimiento, terminar con una condición que eventualmente ella puede considerar que no es digna de ser vivida”.
Esta autorización que recibió la psicóloga no da lugar a nuevas eutanasias, sino que se apoya solamente en su caso particular.
Ella padece polimiositis desde hace más de 30 años. Se trata de una enfermedad que le paralizó casi todos sus músculos. Pese a esto, intentó hacer su vida con normalidad, hasta hace cinco años atrás, cuando el deterioro comenzó a pasarle factura: debe estar en cama, porque están afectados sus músculos respiratorios.
“Hoy ha triunfado la justicia. Ha ganado la vida y el derecho a la autonomía y libertad. Toda conquista de un derecho nace a partir de una necesidad de un ciudadano/a de a pie, jamás de los gobernantes”, tuiteó Ana tras la decisión de la Corte.
En junio, había declarado en junio en una sesión convocada por Ruidíaz: “Quiero la facultad de acceder al procedimiento de eutanasia cuando ya no pueda seguir sufriendo en vida y quiera despedirme de mis seres queridos en tranquilidad y en paz”, dijo Estrada en junio en una sesión convocada por Ruidíaz para decidir su voto.
Entonces, la psicóloga estaba en su cama clínica de su dormitorio y contó que no es que no valoraba la vida, sino que solicitaba poder tener el control de sus decisiones.
La mujer reveló que se encuentra “postrada en una cama, conectada a un ventilador” desde hace varios años y que es asistida por una enfermera. Además, tiene que respirar a través de un orificio que le hicieron en la tráquea y calificó a esto como “difícil y agotador”.
Fuente: NA