La persistencia de niveles de inflación en torno al 4% mensual, el retorno después de cinco meses del financiamiento al Tesoro por parte del Banco Central y las nuevas restricciones a algunos sectores de la economía a partir del último viernes podrían tener un impacto negativo en la recuperación de la actividad, según la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC).
“Para consolidar la recuperación faltaría profundizar la coordinación entre la agenda de corto y la de largo plazo para que las líneas que empiezan a trabajarse en el Consejo Económico y Social no se desdibujen”, señaló.
La preocupación que expresó la entidad coincide con un récord en los niveles de la base monetaria, que de acuerdo con los informes del Banco Central alcanzó a $ 2.862.387 millones el lunes 5 de abril, un 74,2% más que el monto recibido por la actual administración el 10 de diciembre de 2019.
Si bien en su último informe semanal la CAC destacó los repuntes de la actividad reflejados en los datos de la industria manufacturera, la construcción y la producción automotriz, también manifestó que “preocupan varias cifras conocidas en la última semana y media”, en especial el nivel de pobreza del 42% dado a conocer por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC).
“A esto se debe sumar la evolución del IPC que se conocerá la próxima semana, pero se estima más cerca del 4% mensual”, agregó, con una mínima diferencia con el 3,9% previsto en el último Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) difundido este viernes por el Banco Central.
Para la cámara presidida por Natalio Grinman, esa tasa de inflación “impactará más” en los índices de pobreza e indigencia, pero también advirtió sobre “otros ajustes tarifarios” que profundizarán ese impacto.
“Se suma a esto que en marzo el BCRA volvió a emitir dinero para financiar al Tesoro”, revirtiendo la situación iniciada en el último trimestre del año pasado, cuando la autoridad monetaria anunció que dejaría de darle adelantos transitorios y, en coincidencia, comenzó a hacerse evidente una caída en la cotización del dólar paralelo, respecto de los 195 pesos a los que había llegado el 23 de octubre.
Ese regreso al financiamiento de la Tesorería “puede desestabilizar la situación cambiaria que el BCRA ha logrado controlar desde hace ya casi seis meses”, indicó.
Por otra parte, las nuevas restricciones a algunas actividades comerciales y la falta de una provisión suficiente de vacunas contra el COVID-19 también generarían un impacto negativo que incidiría en la recuperación económica, luego de la caída del 9,9% del PBI en 2020.
Esas medidas restrictivas “requerirán que el Gobierno actúe de alguna forma para ayudar al sector privado, lo cual podría generar la necesidad de crear nuevos programas transitorios o aumentar los montos disponibles de los programas ya existentes para asistir a quienes pierdan el trabajo o no puedan desenvolver su actividad”, advirtió.
Al respecto, la CAC puntualizó que “si esto implica mayor emisión del BCRA, la presión cambiaria aumentará y esto sin hacer mención al peso que tienen las Leliq y los pases pasivos sobre la base monetaria”, completó.
“En general, la situación es bastante compleja y el rebote económico se podrá mantener siempre y cuando no se tomen medidas restrictivas en cuanto a la actividad económica, el IPC aminore su ritmo de expansión, la balanza comercial siga generando divisas y no se tomen medidas que afecten la actividad privada en general y no solo referido a la pandemia”, finalizó.