
Javier Milei asiste este viernes al acto de homenaje a las víctimas del atentado a la AMIA, que se realiza en medio de un conflicto diplomático con Irán y lo que obligó a montar un amplio operativo de seguridad.
El despliegue de seguridad, a cargo del Ministerio de Seguridad y la Casa Militar, incluye tareas preventivas en el perímetro de la sede de la AMIA, controles exhaustivos en los alrededores y se destinan más unidades federales que en otros actos públicos. Además, se evalúa la posibilidad de que agentes encubiertos se infiltren entre los asistentes.
El alerta en torno a la seguridad presidencial se encendió luego de que recibiera amenazas indirectas vinculadas al gobierno de Irán, al que el Milei calificó públicamente como un “enemigo”, reafirmando su alineamiento con Israel.
A esto se le suma que la Justicia argentina avanza en un juicio en ausencia contra diez ciudadanos iraníes y libaneses acusados de planificar el atentado a la AMIA en 1994, algo que fue rechazado por las autoridades de Irán, que la consideraron una “acción ilegal, politizada y contraria al derecho internacional”.
Esta decisión judicial fue celebrada por el mandatario nacional a través de sus redes sociales, donde replicó mensajes de funcionarios como el director nacional de Comunicación Digital, Juan Pablo Carreira, quien expresó: “Las basuras que planificaron el atentado en Argentina desde la comodidad de sus oficinas en Irán y asesinaron a 85 argentinos van a poder ser condenados en ausencia”.



