Un proyecto de ley presentado en la Legislatura bonaerense por la diputada kirchnerista Lucía Lorena Klug (Unión por la Patria), dirigente cercana a Juan Grabois, encendió la polémica en el sector agropecuario al proponer la creación de una tasa al gas metano que producen las vacas durante su proceso digestivo.
La iniciativa apunta a implementar la Tasa Ambiental sobre el Metano en Buenos Aires (TAMBA), un nuevo tributo ambiental que deberían abonar los productores en función de las emisiones medidas en dióxido de carbono equivalente (COe) según la cantidad de cabezas de ganado.
En qué consiste el proyecto
Klug presentó la iniciativa como un esquema de Responsabilidad Extendida del Productor, orientado -según explicó- a mitigar emisiones y avanzar en políticas ambientales vinculadas al cambio climático.
El texto prevé que cada establecimiento ganadero sea gravado de acuerdo con la estimación de metano generada por su rodeo.
Sin embargo, lejos de generar apoyo, la propuesta detonó un fuerte rechazo en el campo y abrió un debate sobre su viabilidad técnica.
