Este domingo por la madrugada, la Policía de Mendoza intervino en una fiesta clandestina que se llevaba a cabo en la Cuarta Sección.
Preventores y Tránsito participaron del operativo.
En el procedimiento, se aprehendió por desobediencia a la autoridad a una joven de 22 años que había asistido al festejo. También quedaron a disposición de la Justicia su padre, su abuelo y un amigo.
El evento ilegal se desarrolló en un inmueble de la calle Tucumán. La muchacha se retiraba en su vehículo cuando la interceptaron Preventores y Tránsito. Cuando los agentes se dispusieron a entrevistarla, les entregó su licencia, pero se resistió a responder las preguntas.
En ese momento, arribaron al lugar su padre y su abuelo, y la conductora aprovechó para regresar corriendo a la fiesta clandestina.
Al enterarse de que el rodado sería retenido por falta de documentación, el abuelo agarró del cuello a un oficial y ambos cayeron a la acequia (no presentan lesiones).
Acto seguido, el hombre se encerró en el auto y, pese a los reiterados pedidos, se negó a abandonarlo.
La situación derivó en la intervención del Grupo de Resolución de Incidentes y Secuestros (GRIS). Miembros de esta fuerza lograron que el sujeto saliera y Tránsito procedió a secuestrar el coche.
Posteriormente, las fuerzas de seguridad aprehendieron por desobediencia a la autoridad a la joven, que se negó a someterse a un test de alcoholemia.
Actuaron de igual modo con el padre, el abuelo y uno de los amigos de la muchacha.
Todos ellos fueron trasladados a la Comisaría 4.ª y quedaron a disposición de la Oficina Fiscal n.º 13. Por directivas del Juzgado Contravencional n.º 1, la conductora será citada y notificada.
Cabe destacar que dicha dependencia podría considerar que la chica tenía más de un gramo de alcohol en sangre, dado su rechazo a realizarse un dosaje. En tal caso, le aplicará la multa correspondiente.