Transitar a diario por la Ciudad de Mendoza es una tortura, está de más decirlo. Con calles destruidas o en obra, veredas que no están en condiciones, y con pérdidas de agua por todos lados, realmente se tornó un infierno recorrer la capital provincial.
A lo mencionado previamente, se le suma las complicaciones que genera el tránsito, sobre todo en horarios pico.
Pero, si hay algo que jode en demasía a los vecinos y a los que circulan circunstancialmente, es la bendita obra de cloacas y pavimentación que Aguas Mendocinas (Aysam) realiza sobre calle Morón.
Los trabajos comenzaron los primeros días de enero de este año, y según se dijo en su momento, se esperaba que la obra estuviera terminada en julio. No solo que esto no ocurrió, sino que recién estará culminada, con suerte, a mediados del año que viene.
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Según le confiaron a Diario Los Andes desde Aysam, el retraso se debe “a las condiciones macroeconómicas de público conocimiento, ya que la obra requiere de insumos ligados directamente al dólar y a la importación”.
La demora, no solo que jode enormemente al ciudadano de a pie, sino que tiene a la deriva a comerciantes y vecinos a los que el día a día se les convirtió en un verdadero infierno.
Y si bien algunos avances se han visto en los últimos días, el malestar va en aumento y empieza a inquietar a los lugareños.
La poca visibilidad a causa del polvo típico de la obra, sumado a la poca circulación que hay en el lugar, llevó a que los delincuentes pongan sus ojos sobre esta zona para perpetrar distintos hechos de inseguridad. Los vecinos, que aseguran estar olvidados por las autoridades correspondientes, se han convertido en rehenes de una obra que como muchas en Mendoza por ahora está en veremos.