Al pasar su primera noche en el penal Almafuerte II, en Cacheuta, Micaela Méndez, de 27 años y acusada junto a su pareja del crimen de Florencia Romano, recibió una golpiza por parte del resto de las allí alojadas.
Por este suceso, un grupo de penitenciarias que se encontraba a cargo del sector de mujeres del complejo lujaniano, quedaron en la mira. En ese lugar se encuentran presas que fueron trasladadas desde El Borbollón luego de que mejoraran las condiciones de encarcelamiento en el marco de la pandemia del coronavirus.
Según cuenta el diario El Sol, por tal motivo la Inspección General de Seguridad (IGS) intervino de oficio e inició una investigación para tratar de determinar si lo acontecido refiere a la negligencia de las funcionarias o si la zona había sido liberada.
Es dable destacar que en las últimas horas comenzó a manejarse la hipótesis de que Méndez no se encontraba en la casa donde ocurrió el brutal hecho que culminó con la muerte de la menor de 14 años por lo que, de confirmarse este dato, podría ser desvinculada de la causa en los próximos días.
Minutos antes de las 3 de la madrugada, Méndez avisó al personal penitenciario que había sido golpeada por otras reclusas en la zona de la Admisión, por tanto, fue trasladada a sanidad, donde se constató que tenía una serie de golpes aunque ninguno de gravedad, por lo que no resultó necesario que sea trasladada al hospital.
La mujer de 27 años se encuentra detenida desde el martes junto a su pareja Pablo Ramón Arancibia, de 33 años, por la desaparición de Florencia Romano y el jueves fue imputada como coautora del femicidio de la adolescente poco antes del hallazgo del cuerpo.