Este domingo, la Cruz Roja recibió a 17 rehenes liberados por Hamás en la Franja de Gaza, incluyendo 14 israelíes y tres tailandeses.
Sin embargo, el mundo sigue pendiente de Kfir Bibas, el bebé argentino-israelí de 10 meses que fue secuestrado por el grupo terrorista islámico, junto con sus padres y su hermano de 4 años, y del que aún no se tiene noticias.
Kfir lleva 50 días secuestrado y se convirtió en uno de los símbolos de la barbarie terrorista ya que se trata del rehén más pequeño de la brutal embestida protagonizada el 7 de octubre por Hamás en el sur de Israel, donde violaron, torturaron y masacraron a 1.200 civiles y se llevaron a más de 200 rehenes, entre ellos una veintena de argentinos.
Hamas liberó este domingo a una nueva tanda de rehenes, en virtud de un acuerdo con Israel, que accedió a detener cuatro días su ofensiva contra el grupo palestino en la Franja de Gaza. La operación militar lleva varias semanas de bombardeos, a la que se sumó luego una ofensiva terrestre.
Ese acuerdo -alcanzado con mediación de Qatar, EEUU y Egipto- incluye la liberación de 50 niños y mujeres retenidos por parte de Hamás y de 150 terroristas palestinos encarcelados en Israel, además de la autorización para el ingreso de ayuda humanitaria a la Franja de Gaza.
Si bien Kfir, su hermano Ariel y su mamá Shiri Silberman Bibas cumplen con todos los requisitos para ser liberados, no aparecieron entre los tres primeros grupos de civiles que lograron regresar a Israel entre el viernes y este domingo. Esta situación alimentó la incertidumbre sobre su estado y la posibilidad de recuperarlos sanos y salvos.
Una de las hipótesis que se analiza es que la familia de origen argentino no se encuentre en manos de Hamás, que efectivamente no controla la suerte de todos los secuestrados. En cambio, no se descarta que esté retenida en la Franja de Gaza por otras organizaciones terroristas que también participaron del ataque coordinado contra Israel, como el Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP) o la Yihad Islámica Palestina