El puente, que atraviesa el río Mendoza, presentaba signos de deterioro en el entablonado por el que habitualmente se cruza, lo que obligó al reemplazo de numerosas piezas de madera.
También se hizo el mantenimiento de los tensores de la malla lateral que oficia como baranda para protección para los usuarios que a diario utilizan el puente, una de las atracciones históricas de la precordillera mendocina.
Con 72 años, el puente colgante de Cacheuta tiene una extensión total en su recorrido de 140 metros de largo. Corre paralelo al viejo puente ferroviario del desaparecido tren trasandino, pero fue construido más de medio siglo después, en 1952.
El puente colgante fue una necesidad del desarrollo que por aquellos años reflejó Cacheuta y que obligó a unir la estación ferroviaria con un nuevo barrio para trabajadores de la zona que se había construido al otro lado del río.
Actualmente es uno de los puntos de visitas obligados en el recorrido hacia la precordillera y alta montaña.