Gracias Carlitos: Tevez y el adiós al último ídolo

El tipo hace un gol, se agarra la camiseta y besa el escudo. La gente grita, enloquecida. Se trepa al alambrado y el grito se comparte entre miles de alientos. El hincha que está más cerca intenta tocarle el dedo gordo de la mano derecha. Lo alcanza y llora de la emoción. Y este ritual se repite una y otra y otra vez con goles memorables y alcanzando la gloria. El amor empieza y nace el ídolo.

El diccionario dice que se le llama ídolo es esa “persona o cosa por la que se siente un amor o admiración excesivos” y en esta definición, pocos entran. El fútbol transforma a gente común en algo más y a este personaje lo vamos a mencionar como el “jugador del pueblo”. Uno de los nuestros que nos regaló varios ratitos de alegría.

Ayer, uno de los jugadores más importantes de los últimos años en el fútbol argentino, decidió ponerle punto final a su tercer ciclo en el club de sus amores y no descartó colgar los botines.

Carlos Tevez, uno de los ídolos máximos de Boca, comunicó su salida anticipada, aun cuando tenía contrato vigente hasta diciembre próximo, argumentando “no estar mentalmente” preparado para la exigencia del fútbol profesional.

La derrota ante Racing fue su último baile con la azul y oro dejando un vacío gigante en el mundo Boca: el hincha se quedó sin ese a quién querés tocarle el dedo cuando se cuelga del alambrado. Como dice el tuit, “siempre hubo alguien, hoy por primera vez, puedo quedarme solo”. Solo queda decirle gracias por tanto y comprender su decisión.

Tevez creó un estilo y con su rostro con marcas que le dejó su infancia, enamoró a “La 12” con talento que en Europa, Brasil y China supieron también disfrutar. Con 38 años y 29 títulos en total con todas sus camisetas, Tevez comparte el segundo puesto en la tabla de futbolistas argentinos más ganadores de la historia junto con “Lucho” González. Sólo Lionel Messi lo supera. Triunfó donde jugó. El fútbol argentino pierde un crack de aquellos.

El final se deslumbraba como una crónica de final anunciado. Carlitos ya no estará para buscar esa séptima Copa Libertadores, estrella tan ansiada por el mundo Boca.

Esa tarde de julio de 2015 parece lejana cuando Tevez volvió como un hijo pródigo y la Bombonera lo esperó rebosante, con más de 50 mil hinchas que concurrieron solamente para verlo a él. El templo rendido a sus pies.

El presente es otro. El delantero luce desgastado, sin poder sobrellevar la muerte de su ‘padre de la vida’, Segundo y tampoco la de Diego Maradona, su ídolo máximo.  Tampoco ayudó la relación con el cuestionado Consejo del Fútbol. “No tuve tiempo de hacer el duelo por la muerte de mi padre y ya estaba jugando de vuelta. Así es la exigencia de Boca”, expresó Tevez en conferencia.

Tevez lo dio todo. Por suerte los ídolos son eternos, así como los recuerdos. 

Gracias Carlitos. El fútbol ya te extraña.

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