A partir del jueves 1 de agosto, los combustibles en todos los rincones de Argentina, experimentarán un nuevo aumento de hasta el 3% en promedio.
El mencionado incremento, que será aplicado por las principales refinadoras del país -YPF, Shell, Axion y Puma-, responde a dos factores principales: la devaluación mensual del peso frente al dólar oficial y una actualización en el impuesto a los combustibles líquidos (ICL).
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El aumento de los combustibles se desglosa en un 2% derivado de la devaluación mensual del peso frente al dólar oficial y un 1% correspondiente a una actualización en el ICL.
Por su parte, el Gobierno decidió aplicar una pequeña suba en este tributo y posponer nuevamente la mayor parte del incremento previsto en este componente, que tiene un impacto directo en los precios en los surtidores.
Desde que Javier Milei asumió la presidencia, los combustibles registraron un aumento promedio superior al 126%, superando significativamente la inflación acumulada en el mismo período.