La justicia provincial condenó a tres años de prisión en suspenso a Soledad Herrera, la operadora del 911 que cortó la llamada que pudo haberle salvado la vida a Florencia Romano, la joven asesinada en 2020 por Pablo Ramón Arancibia, que ya fue juzgado.
La decisión la tomó el juez David Mangiafico, luego de que se desarrollara un juicio abreviado en el que admitió su culpa.
La oficial, fue quien al recibir el llamado interrumpió la comunicación telefónica en la que un vecino le informaba sobre “un caso de violencia de género” que escuchaba en el pasaje Tucapel de la localidad de Gutiérrez, en Maipú.
Según los investigadores, Florencia Romano fue asesinada en diciembre del 2020 en la localidad de Maipú, donde había ido a encontrarse con un desconocido que había contactado por las redes sociales.
La adolescente, quien estuvo con paradero desconocido algunos días, apareció asesinada y su cuerpo presentaba golpes, lesiones cortantes. Además, fue parcialmente quemada, según los resultados preliminares de la autopsia, informaron fuentes de la investigación.
Al sentir los gritos de la joven, un vecino que vive cerca de la escena del crimen llamó al 911 para pedir ayuda de la Policía, pero la operadora no valorizó el contacto y nada se supo de la niña hasta que la encontraron muerta.
Luego, en julio de este año, Arancibia fue condenado a la pena de prisión perpetua en un juicio abreviado en el que admitió haber asesinado a la adolescente.
El atacante admitió su responsabilidad en el femicidio de la joven, a quien había contactado vía redes sociales para invitarla a su casa, donde la atacó a golpes primero y con un arma blanca después.