Festejan los católicos de San Rafael: autorizan nuevamente la comunión en la boca (al comienzo de la segunda ola)

No la querían en la mano, la querían en la boca pese a la pandemia de coronavirus.

Luego de un sinfín de distintas controversias finalmente el Obispo Eduardo Taussig decidió autorizar la comunión en la boca, y así lo expresó en una carta.

Desde que empezó la pandemia de coronavirus y se prohibieron las misas (y luego se retomaron) que muchos feligreses se mostraron en desacuerdo con recibir la hostia en la mano, práctica que se venía dando de forma obligatoria en las actuales celebraciones de misa, medida tomada por Taussig.

“Tenemos el derecho de comulgar con la boca y no nos puede ser quitado salvo que el Papa se pronuncie al respecto”, se quejaron los feligreses.

“Defender la eucaristía en la boca y de rodillas es el mayor acto de amor a nuestro señor”, agregaban.

“A los párrocos y administradores parroquiales:

Luego de haber escuchado el Consejo Presbiteral en la reunión del pasado martes 23 me hago cargo de la situación de muchos fieles de varias comunidades, que optado por no comulgar en la mano y hacer la comunión espiritual cuando participan presencialmente de la Eucaristía.

Teniendo en cuenta la situación epidemiológica en los tres departamentos de la Diócesis, habiendo escuchado el parecer de sus autoridades competentes y ante la inminencia de la Semana Santa, deseo procurar el mejor bien espiritual de las almas, la pacificación de los corazones heridos y avanzar en un camino de reconciliación y unidad

Por ello resuelvo que cada PARROCO O ADMINISTRADOR PARROQUIAL, en el ámbito de su propia jurisdicción si lo ve oportuno, autorice a dar la comunión en la boca a los fieles que así lo piden, con las debidas cautelas sanitarias (como las que se han prescripto en Diócesis hermanas) mientras la situación sanitaria no se agrave y pueda requerir otras determinaciones.

De mi parte, buscando el bien corporal y espiritual de todos los fieles, recomiendo vivamente recibir la comunión en la mano, como signo del cuidado de la vida propia y del prójimo, y de caridad y ejemplaridad para los otros católicos y para los que no son.

Asimismo exhorto encarecidamente a que esta medida sirva para favorecer un camino de comunión con la Iglesia Madre y Maestra, Católica y Apostólica que pone en igualdad de condiciones los modos legítimos de comulgar en la Argentina (en la mano o en la boca), y para una mejor presentación catequética atinada, paciente y fiel al Magisterio de la Iglesia.

Aprovecho la ocasión para agradecer a todos los sacerdotes que han honrado sus promesas y obediencia cumpliendo la normativa establecida hasta el momento, como así también a los religiosos, religiosas, consagrados y consagrados, y a todos los fieles laicos que han aceptado con fe y genuina devoción las medidas vigentes hasta ahora.

Exhorto a los presbíteros y laicos que no lo han hecho asía que, con humildad y actitud eclesial se valgan de esta nueva prescripción para retomar un camino de comunión con el Obispo y con la Iglesia Diocesana, y para reparar el escándalo suscitado y sanar las heridas del pueblo de Dios.

Que María Santísima, en la fiesta de la Anunciación con la humildad obediencial ilumine el camino de todos y nos ayude a celebrar los cercanos misterios pascuales con la mejor Fe, Esperanza y Amor en poder renovador de la Pascua Judía, Nuestro Señor”.

 

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