A menos de tres semanas para las elecciones primarias, Alberto Fernández comienza una gira por el país luego de que las encuestas dejaran al descubierto el impacto negativo de los festejos en la Quinta de Olivos en la filas más cercanas y simpatizantes del espacio político que hoy gobierna a nivel nacional. Por ese motivo, con la estrategia dirigida a reconquistar a los “propios”, el presidente comenzó su recorrido por provincias con gobiernos afines.
El lunes estuvo en San Juan junto al gobernador Sergio Uñac, este miércoles visitará Catamarca y el viernes viajará a La Pampa, bastiones dirigidos por jefes provinciales del peronismo con los que mantiene buena relación y donde el kirchnerismo tiene una llegada más complicada. Y para la semana próxima tendría planificada una visita a Entre Ríos, con cuyo gobernador radical Gustavo Valdes cosechó un vínculo cordial.
“Por lo de Olivos Alberto no va a dejar de ponerle el cuerpo a la campaña”, le dijo al portal Infobae uno de los encargados del armado en las provincias. “El primer sprint de campaña estuvo dirigido a mostrar unidad en el conurbano, donde tiene más peso Cristina. Ahora viene una etapa de división de tareas. Nos desplegamos y abordamos”, describió un portavoz presidencial, que descartó que estén planeadas visitas a distritos adversos. Entre ellos, Mendoza.
En el equipo del primer mandatario niegan que la orientación del timón de la campaña del Presidente desde el conurbano hacia el interior sea para protegerlo después del “Olivos Gate”, como se llamó al escándalo en las redes sociales. Aunque admiten que su imagen resultó golpeada tras el escándalo, creen que ese impacto es menor en el interior y restringen el problema principalmente a las “grandes ciudades”.
“Puede ser que le haya hecho daño a la forma en que se lo ve a Alberto. Pero no va a influir en el voto a la marca del Frente de Todos”, relativizó un vocero.