La Argentina exportará por U$S 74.500 millones de dólares en 2022, un 3% menos que este año, igualmente aseguraron que el monto será uno de los mejores cuatro registros de los últimos 20 años.
Así lo estimó un informe de la consultora Abeceb, que su vez señaló que con ese nivel de exportación -y el mantenimiento regulado del cepo mediante- habrá un superávit comercial (de Aduana y Cambiario) “interesante”.
Ese superávit ya no será de cinco cifras como en el trienio 2019-2021, sino que se ubicaría en torno a los U$S 8.500 /U$S 9.500 millones en 2022. “Perder en un año casi US$ 6.000 millones de oferta seguramente mantendrá elevados los desafíos a sortear en el mercado cambiario”, reveló la consultora.
Y agregó que en una economía “cuasi cerrada y con cepo”, las exportaciones “volverán a constituirse en casi la única fuente de ingresos de divisas para abastecer las distintas demandas de dólares”. Es que se espera que las otras fuentes potenciales alternativas (endeudamiento público y privado con el exterior, inversión extranjera directa, entre otras) sigan en niveles insignificantes en una economía que tiene cuasi cerrado el acceso a los mercados globales de crédito a tasas razonables y el clima regulatorio no fomenta los flujos de ingresos de capitales (no entran donde no pueden salir), evaluó Abeceb.
Sin embargo, no descartó que ingrese algún recurso fresco en el marco de la firma del acuerdo con el FMI con el fin de fortalecer las reservas, pero aclaró a NA: “no será una lluvia de dólares que alteren esencialmente la dinámica esperada del mercado cambiario”.
Según el informe, este año cerrará con exportaciones en torno a U$S 77.000 millones, mostrando un incremento interanual de 40% y alcanzando niveles históricos de la mano principalmente del boom de precios de commodities, la fuerte recuperación de las manufacturas de origen industrial -impulsadas por Brasil- y la recuperación del crecimiento global que traccionó las ventas externas.
Pero para 2022, el contexto internacional -advirtió la consultora- se muestra menos propicio por varios factores: no se repetirán los “súper precios” de las commodities de 2021, el estancamiento/cuasi recesión de Brasil en un contexto de altísima incertidumbre política y una mayor demanda de crudo por parte de las refinerías que acotará márgenes para exportar, entre otros factores.