Desde Juntos por el Cambio ruegan que vuelvan las clases presenciales, desde el Gobierno, con el ministro de Educación Nicolas Trotta como vocero, aseguran que lo están analizando. Pero ¿Se puede volver? ¿Cómo? ¿Es recomendable?
Para responder esas preguntas, Radio News se comunicó con Alejandro Castro Santander del Observatorio de la Convivencia Escolar, en el programa que conducen Christian Sanz y Claudia Durán.
Para dar una respuesta, asegura que “tenemos que hacer memoria. 13 de marzo, 14 de marzo, argentina con 44 casos decidió que los alumnos no tenían que ir a la escuela y ahora tenemos que plantearnos con pandemia que decisiones uno toma”.
“Pasaron muchas cosas. Las cifras que fueron creciendo y las definiciones sobre los perjuicios que acarreaba el cierre de escuela”, añadió en el mismo sentido.
Para explicarlo, argumentó que “se llegó a hablar de algo dramático, generaciones perdidas y cantidad de términos a los cuales la nación adhirió, no era un eco solamente. El tema es que se habla de máxima presencialidad, o sea, tratar de que la mayor cantidad de alumnos posibles puedan ir”.
Aunque analizó que “no tenemos claro si se resolvieron las brechas, las grietas que tienen que ver con lo tecnológico, lo didáctico, el hábitat educativo. La pregunta es: ¿Se puso presupuesto para ir resolviendo?”.
“Cuando uno habla con directivos te dicen que no, que no se sienten analizando protocolos y ellos no estarían en condiciones. Algunas instituciones con excepciones porque han venido tratando de resolver los problemas, no por lo que le dice la provincia o la nación”, añade en el mismo contexto el especialista.
Comentó que “hay un informe que tiene varios meses de UNESCO junto con el Banco Internacional que habla de abrir las escuelas y plantea que hay que analizar los aspectos físicos, los recursos humanos y lo tecnológico y es donde creo que seguimos mal”.
En tal sentido se preguntó: “¿Se abre o no se abre? Y si se abre, ¿En qué condiciones? Y si se tiene que abrir el primero de marzo, ¿Qué se está haciendo para abrir en las condiciones que corresponde?”.
“El tema de la burbuja, que es un tema viejo y se está aplicando en muchos lugares, es algo coherente, tenía que ver con esos grupos pequeños y tenía que ver con la vida cotidiana. Lo mismo para la escuela, se habla de poner estas pequeñas burbujas en cada extremo del aula, pero no hubo posibilidad de hacerlo. La pregunta es: ¿Qué se hizo?”, analizó y se preguntó retóricamente Castro Santander.
Por lo que respondió: “En general sabemos que poco y nada, ¿Qué cifra tenemos de alumnos que no participaron ni de lo hibrido? Si uno mira solamente la cifra que ha llegado de Chubut, dice que quedaron de la provincia 50 mil alumnos fuera del sistema, y cuando los padres empiezan a analizar de 700 escuelas se relevaron 200, entonces el planteo es: ¿Cuál es nuestra realidad? ¿Estamos preparados para que los estudiantes vuelvan y para compensar el año que el chico perdió?”.
“Son muchas las preguntas que tenemos y lo único que se ve es un protocolo que flota en el aire con mucha incertidumbre”, comentó y fundamentó ese análisis mencionando “el tema de los presupuestos. Lo planteaba en abril cuando un directivo me decía: ‘mira, yo le pregunte a mi proveedor para poder abrir las escuelas, para poder cumplir los protocolos y necesitaba 40 mil pesos por mes y tengo una caja chica de 800 pesos’”.
“Cuando digo ‘conversemos sobre este tema’, yo tengo muchas más preguntas que respuestas y hay que dejarle las decisiones al directivo que tiene sus propios problemas. Ellos saben qué hacer, pero no tienen respuesta”, comentó.
En el mismo marco mencionó que “la respuesta que se dio en general, no son de los iluminados que tenemos en el país para pensar las soluciones, viene de otro lado. Esto de pensar el sistema educativo como una unidad pedagógica. En el caso de Santa Cruz sabemos que hay daño entre comillas porque estamos hablando de mucho tiempo (de malas condiciones educativas) y sabemos lo que vale el tiempo en los aprendizajes”,
Asimismo, puso sobre la mesa “esta idea que siempre tuvo Singapur cuando dicen ‘menos es más’. Tratar de priorizar, ver cuáles son aquellos contenidos que son fundamentales, seleccionarlos con cuidado y ahí tiene que trabajar cada escuela con su proyecto curricular institucional”.
“Esto no es solamente por pandemia o emergencia, esto tiene que ser siempre. Acá hablamos siempre de núcleos de aprendizaje tratando de dar contenido prioritario y no se hace”, explicó.
Consideró que “hay que ver cómo hacemos para el caso de la primaria, que es fundamental. Distinto es el tema del secundario que es relativo porque es tan poco el aprovechamiento que es secundario. Pero la primaria es fundamental”.
Por ello, para finalizar aseguró que “la pandemia, para muchos, es una gran oportunidad para rearmar esto que no hemos sabido en las últimas épocas armar como corresponde”.