Para el oficio de periodista en algunas ocasiones, la búsqueda de una entrevista se transforma y arroja como resultado final asistir a una sustanciosa y provechosa conferencia o clase magistral.
Ese premio impensado, nos plantea un desafío no menor, que es el de ser claro al momento de trasladarlo al papel o como en este caso a la pantalla de su PC, Tablet o celular.
Este fue uno de esos momentos ya que el Pilo, en casi dos horas del atardecer de un hermoso viernes santo de Chacras de Coria, ofreció para Diario MTN un profundo y sincero análisis de la situación social, económica y política de nuestro país según su visión y apreciación.
Nuevamente José Octavio Bordón apareció en escena como uno de los más lúcidos miembros de la política nacional, siempre con la debida aclaración del caso: “Soy político, pero nunca me consideré miembro de la llamada clase política”.
“Sigo atento y concedo entrevistas. Sobre todo de radio. Es curioso, ya que por ejemplo en Buenos Aires los taxistas me reconocen por la voz” agregó.
Fue una serie de cortas preguntas, que arrojaron como resultado una catarata de conceptos que se fueron se sustentaron entre dos ejes: El revisionismo de errores y aciertos del pasado, más la necesidad de sentar las bases de educación y planificación que demanda sin dudas el bienestar en el siglo XXI.
¿Cuál es su análisis de la actualidad?
Estoy muy preocupado. Llegar al 44% de pobreza y ver que ante este dato nadie resigna posturas personales sin dar lugar al dialogo sincero y despojado de intereses partidarios o personales me alarma mucho.
Por lo visto nos cuesta reconocer errores y lo que es aún peor, tener la capacidad de aprender de ellos. Logramos con la decadencia económica arruinar el buen estado sanitario que se logró por sobre todo en el Gobierno de Juan Domingo Perón, con la consecuente aparición de una pobreza estructural que será complicado erradicar.
Para describir la situación actual, tenemos que revisar inexorablemente y reconocer que en bienestar generado e impulsado en el último segmento del siglo XIX por la llamada Generación del 80 hasta el desmoronamiento que provocó la crisis de llamado Rodrigazo en 1975.
Aún esto no fue resuelto. No fuimos capaces desde ese momento en adelante, de volver a planificar un futuro con inclusión. Todo lo contrario, llevamos muchas décadas de caída.
A esas medidas fallidas de la década del 70, a lo que se suma la guerra subversiva contra el gobierno de entonces, con personajes como José López Rega con la complicidad de parte de las fuerzas armadas y de seguridad, se sumaron políticas que deterioraron la educación por sobre todo.
En ese lapso que usted describe como de logros gracias al trabajo de un siglo, ¿cuál era la pobreza real de ese entonces?
El porcentual de desocupación hasta 1975 era del 2%. Y la pobreza general 10%, con un nivel de indigencia mucho menor.
Quiero recordar que teníamos el mayor porcentaje de alfabetización de Latinoamérica, el mayor y mejor sistema sanitario. A partir de 1930 fuimos capaces de sentar las bases de una educación técnica que nos posicionó muy bien en el contexto internacional.
¿Podemos volver a esos índices?
Si lo logramos antes podemos repetirlo. Debemos acostumbrarnos o mejor dicho aprender tener visión de mediano y largo plazo.
Soy un optimista por naturaleza. Nunca criticaré un proyectos siempre trataré de apoyarlo eso sí, primero lo estudiaré y veré su factibilidad, de lo contrario seguiremos con anuncios de campaña que solo quedarán en promesas vanas. Nuestro objetivo de bienestar se basará en lograr competitividad siempre con inclusión.
Esto me recuerda al anuncio del Tren Bala, o al Tren Trasandino que uniría el Puerto Seco de Mendoza con Valparaíso. ¿Qué opina de esta obra anunciada y olvidada?
Esa mega obra demandaría 20 años entre financiación y construcción. Incluye un túnel de 52 kilómetros para lo cual se debería invertir varios Billones de dólares.
Con esa inversión podemos mejorar las vías férreas de todo el país, ampliar las autopistas y carreteras de todas las regiones, obtener conectividad y aumentar la producción de energías no renovables y no contaminantes. Acercar los productos y pasajeros a las fronteras vía tren, no solo nacionales, sino sumar a los productos de todo el Mercosur.
El Mundo desarrollado potencio la construcción de vías férreas, de carreteras. Es momento de entender a una Argentina bioceánica pero en serio.
Le doy un ejemplo cercano, en esta Semana Santa en el límite de Desaguadero hubo colas de 4 kilómetros para ingresar y salir de Mendoza a San Luis. Lo administrativo también es de tener en cuenta.
¿A qué cree que debe la aparición de crisis repetidas que nos hacen retroceder?
A que somos incapaces de cambiar a tiempo. Por ejemplo en el mandato de Raül Alfonsín, se logró el plan Primavera un freno a la escalada inflacionaria con el también llamado Plan Austral y no pudimos sostenerlo.
Cuando gobernó Menem, nos aferramos a la convertibilidad con una continuidad sin sentido que explotó en 2001 con De la Rúa.
Años más tarde y gracias al buen dialogo entre justicialistas y radicales, se inició con Duhalde un periodo de recuperación que comenzó a diluirse con la renuncia de Roberto Lavagna.
De 2007 se sumaron las malas praxis de las gestiones de Cristina Fernández y Macri, con un Alberto Fernández que se encontró con la Pandemia Global.
A esta altura de mi vida, no me pida una valoración personal de ningún responsable ni del oficialismo y de la oposición. Estamos lo suficientemente mal como para no descartar, sino impulsar un debate serio sobre lo que pasa en nuestro País.
¿Su lectura de la tan mencionada grieta?
Es tiempo de discutir en serio como mejoramos cadenas productivas. Las nuevas formas de trabajo, como subsidiamos a los débiles reales y como armonizamos el empleo en blanco.
Es hora de pensar en serio si este sistema presidencialista es efectivo y si podemos fortalecer al parlamento y a la justicia.
En lo personal desde hace 20 años no tengo ninguna ambición electoral. Por eso propongo un serio debate sobre transparencia y eficacia en la gestión.
¿Porque luego de aceptar ser embajador de Néstor Kirchner en Estados Unidos, aceptó trabajar con Mauricio Macri como embajador en Chile?
Luego de mi intento fallido de ser presidente decidí retirarme de la posibilidad de competir por cargos electivos. Gané y perdí, en ambos casos puse lo mejor y acepte los resultados.
No fui parte del Gobierno de ambos y me puse a disposición de mi país.
Los dos me pidieron trabajar para la República Argentina y me encomendaron esa misión debido a mis antecedentes relacionados con el conocimiento de ambos estados.
Kirchner me invitó a su anuncio del pago de la deuda externa y 2005 y asistí con gusto. Luego del acto, me invitó a charlar en su despacho. Era un momento de euforia y a cada rato entraban personas allegadas al entonces presidente.
Estaba muy cercano el conocido acontecimiento de la Cumbre de Mar del Plata y las relaciones bilaterales entre Argentina y EEUU pasaban por uno de sus peores momentos.
Mi trabajo consistió en negociar con el secretario del tesoro y comprometerme en tareas de gestión como mejorar la conectividad aérea entre los dos países. Cuando se fue Kirchner en 2007 consideré que mi trabajo había terminado. En ese momento ya comenzaba el aumento de la inflación logrado por Roberto Lavagna al que luego vote como candidato a presidente.
En el caso de mi trabajo como embajador en Chile, todo comenzó cuando presidí Argentina Debate. Es decir, dar forma definitiva a lago muy sano, que es ni más ni menos que permitir a los candidatos mostrar se propuesta y proyecto de País.
Me reuní con todos, y luego de las elecciones Mauricio Macri me propuso hacerme cargo de la Casa Argentina en Santiago de Chile. El objetivo fue por sobre todo lograr la conectividad y la mejora de relaciones, aspecto del que nunca me retiraré.
En resumen: Nunca formé parte de la estructura íntima ni de los equipos técnicos de ambos presidentes. Siempre estuve y estaré al servicio de la Patria.
Bordón inicio su carrera política en la Democracia Cristiana y a los 19 años en el lejano 1964 se sumó al Partido Justicialista, que en ese segmento de nuestra historia estaba proscripto.
Fue serio participe de la unión del justicialismo en los 70 y sufrió persecuciones y amenazas entre 1976 y 1982, y sin perder convicciones volvió a la arena política para no abandonarla jamás.
Se define como peronista y fue diputado nacional por Mendoza entre 1983 a 1987.
Resultó electo Gobernador entre el periodo delimitado por los años 1987 a 1991. Recuerda con nostalgia esa campaña a gobernador donde muchos le intentaban bajarle el precio con el mote de “Rosarino”, a lo cual sus seguidores contestaban a los opositores al mostrar banderas del club Rosario Central como muestra de total e incondicional apoyo.
Intentó frenar la escalada menemista de mediados de los noventa, y en elecciones presidenciales su fórmula junto a Chacho Álvarez como candidato a vicepresidente quedó en segundo lugar al ser derrotada en la primera vuelta.
Fue docente titular de la Universidad Nacional de Cuyo entre 1975 y 1995. En esos tiempos organizó clases magistrales y conferencias de muchos estadistas, políticos y embajadores de todo el mundo que visitaban Mendoza.
Eligió, luego de no lograr la primera magistratura nacional, viajar a los estados Unidos a tomar clases y a la vez a colaborar como profesor de dos prestigiosas universidades, lo que le valió la consideración del presidente Néstor Kirchner la designación de embajador de aquel país entre 2005 y 2007.
Pero unos años antes, luego de la crisis de diciembre de 2001, fue ministro de educación de la provincia de Buenos aires entre 2002 y 2003.
Mauricio Macri le solicitó ocupar la embajada nacional en Santiago de Chile entre 2015 y 2019.
Actualmente trabaja ad honoren en la Comisión de Relaciones Internacionales del Congreso de la Nación y en la Agencia Mendocina de Innovación, Ciencia y Tecnología que presentó el gobernador Rodolfo Suarez el pasado 26 de Febrero.
Producción y fotos: Oscar Miguele, especial para MTN