La senadora nacional por el Frente de Todos, Anabel Fernández Sagasti, junto a su par José Mayans, enviaron una extensa y dura carta al Fondo Monetario Internacional (FMI) en el que solicitaron que se investigue “concienzudamente” el proceso de aprobación y otorgamiento del préstamo de ese organismo a la Argentina, por 58 mil millones de dólares, en 2018, durante la presidencia de Mauricio Macri.
La misiva del bloque de senadores oficialistas fue dirigida al director de la Oficina de Evaluación Independiente del FMI, Charles Collyns, y en la misma se lanza duras críticas a la actuación del organismo, además que se marca la “imposibilidad” de pago por parte de la Argentina de los 44.500 millones de dólares que le debe al organismo en las condiciones pautadas originalmente.
En la carta se expresa “la necesidad de realizar una investigación exhaustiva, precisa y detallada sobre los motivos y causas por las cuales el Directorio del Fondo, basado en los informes técnicos preparados por el staff de ese organismo, otorgó a nuestro país un préstamo de magnitud desproporcionada en relación a las reales posibilidades financieras de repago”.
Se advierte que “no se cumplió entonces con los requisitos mínimos de legalidad exigidos por las normas vigentes en Argentina y en el propio organismo internacional”.
La carta fue enviada en medio de las negociaciones que el Gobierno nacional emprende con el FMI para lograr un acuerdo en torno a la deuda que mantiene con el mismo.
Entre otras cuestiones se pide que se investigue “cuáles fueron las estimaciones macroeconómicas que hicieron suponer que se podrían obtener las divisas para cumplir con estos flujos de pagos. De qué manera evaluaron la información económica de Argentina para considerar la sostenibilidad de la deuda”.
Los legisladores marcaron que el acuerdo con el gobierno macrista se produjo en un marco de “incremento de la pobreza, la indigencia, el desempleo, el cierre sistemático de fuentes de producción, la reducción del consumo, la inversión, el comercio exterior y el aumento incesante de los precios”.
“Todo ello no importó, ni fue tenido en cuenta por ese organismo internacional a la hora de decidir la continuidad del financiamiento a un gobierno que, a pesar de todo ese apoyo, perdió las elecciones. Pero las consecuencias de ese endeudamiento continúan aún hoy y, seguramente, por muchos años más, impedirán el pleno desarrollo del pueblo argentino”, se sostiene en la carta.
También se concluye que “la intervención del FMI no sirvió para resolver los problemas de balanza de pagos y agravó todos los demás rubros de la economía argentina”.
“A pesar del fracaso de esa intervención, una muestra más de la larga historia de fracasos del FMI en Argentina, hoy nuestro país es deudor de ese organismo por la suma de 44.500 millones de dólares y, al considerar los vencimientos pautados originalmente, surge claramente la imposibilidad de su pago”, se advirtió.
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