La Libertad Avanza atraviesa una verdadera crisis interna que amenaza con fracturar aún más al ya dividido bloque de diputados del espacio libertario.
El epicentro del conflicto es la posible expulsión de la mendocina Lourdes Arrieta, luego de que la diputada presentara una denuncia penal contra sus propios compañeros de bloque por la polémica visita a represores en el penal de Ezeiza.
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El bloque de La Libertad Avanza enfrenta una crisis sin precedentes tras el escándalo de la visita a los represores detenidos en Ezeiza, entre los que se encuentra Alfredo Astiz, condenado por crímenes de lesa humanidad.
Arrieta, una de las diputadas que participó en la visita, presentó una denuncia penal en la que solicitó a la Justicia que investigue a los legisladores que formaron parte del episodio, incluyéndose a sí misma en la solicitud.
La maniobra de Arrieta desató un verdadero terremoto político dentro del bloque, dividiendo aún más a los legisladores entre quienes reclaman su expulsión inmediata y quienes prefieren mantener la unidad en un Congreso donde el espacio libertario no cuenta con una mayoría sólida.
En el seno del bloque se han delineado dos posturas completamente opuestas. Por un lado, están quienes exigen la expulsión inmediata de Arrieta y de su compañera Rocío Bonacci, argumentando que su conducta ha puesto en peligro la imagen y la cohesión del grupo.
Por otro lado, hay quienes abogan por una posición más conciliadora, buscando contener a las diputadas en medio de un contexto político adverso, donde cada escaño cuenta.
La última palabra la tienen el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, y el titular del bloque libertario, Gabriel Bornoroni.