Venezuela registró en diciembre una inflación mensual de 2,4%, la más baja del año.
De esta manera, acumuló en 2023 una suba de 189,8%, por debajo del 234% de 2022, según los datos divulgados por el Banco Central de ese país (BCV).
El dato, dado a conocer anoche, es similar al de algunas estimaciones privadas y continúa siendo uno de los más altos del mundo, aunque este último año registró una cifra más baja que la de Argentina, que tuvo un 211,4% de inflación anual, según lo que informó el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) hace dos días.
El Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF), que había informado sobre un índice de 193%, atribuyó la desaceleración a una menor depreciación del bolívar y la política de “reducción de salarios”, que no han aumentado desde mayo 2022.
La inflación se desaceleró por “la contención del tipo de cambio y la estrategia del tipo de cambio de mantenerlo fijo para contener las expectativas de variación de precios y contener la escalada de los mismos”, sostuvo Ángel Alvarado, economista del OVF.
Expertos independientes también señalan que la caída del índice inflacionario está relacionada a la reducción del financiamiento del ente emisor al Gobierno.
“En 2023 el financiamiento monetario al gobierno cayó sobre todo desde marzo”, dijo el economista y exjefe de la mesa de cambio del BCV, Hermes Pérez, que estima una caída del financiamiento al fisco en 49%.
El país superó un período de cuatro años de hiperinflación en 2021 cuando registró una tasa de 686,4%; y el indicador comenzó a reducirse después de registrar una tasa mensual menor a 50% durante doce meses, y en medio de una dolarización de facto.