El pasado 2 de febrero, los argentinos nos encontramos con un nuevo incremento en los combustibles, luego del congelamiento que estaba vigente desde mayo del año pasado.
Días atrás, en Mendoza comenzó a conseguirse la nafta Súper a $ 99,40 por litro y la Infinia a $117,30.
Estas no fueron las únicas subas, ya que YPF también informó que el gasoil Ultra alcanzó los $93,40, y el gasoil Infinia escaló a los $ 116,60.
Este nuevo golpe al bolsillo, además de causar malestar en la sociedad, dejó en evidencia la variación de precios que vienen registrando las naftas desde hace 20 años.
Los insoportables aumentos que no paran
Los ajustes en los precios de combustibles no son nuevos. De hecho, uno de los más recordados es el que data de junio del año 2022, o sea, hace 20 años.
El 23 de junio de ese año, Repsol YPF subió 4,5% sus naftas. En aquel entonces, el litro de nafta común se conseguía a $1,36. La nafta Súper XXI, por su parte, llegó a $1,54.
La siempre recordada Fangio XXI se conseguía a 1,64, mientras que la Ultradiesel se comercializaba a 1,08 por litro.
Por aquellos días, el ex jefe de Gabinete, Alfredo Atanasof, justificó las subas de los combustibles señalando que las empresas “están buscando un valor de referencia del Mercosur, y esto está provocando algunos aumentos”.