
El Papa Francisco fue dado de alta este domingo tras permanecer 38 días internado debido a una neumonía bilateral. El Pontífice, de 88 años, había sido ingresado el pasado 14 de febrero, enfrentando un delicado estado de salud que mantuvo en vilo al mundo católico.

Antes de abandonar el hospital, el Papa saludó desde el balcón a unas 500 personas que se habían congregado para verlo. Con visibles dificultades para hablar, ofreció una bendición a los presentes y agradeció el apoyo recibido durante su internación.
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Francisco dejó el hospital en su pequeño vehículo de uso habitual y se dirigió directamente al Vaticano, donde una multitud de fieles lo esperaba en la Plaza de San Pedro. Desde pantallas gigantes instaladas en el lugar, los presentes siguieron en vivo su retorno.