El gobierno de Javier Milei enfrenta una nueva tensión interna luego de que la vicepresidenta y titular del Senado, Victoria Villarruel, manifestara públicamente su desacuerdo con la candidatura del juez federal Ariel Lijo para integrar la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
En un almuerzo en el Colegio de Abogados de la ciudad de Buenos Aires, Villarruel no ocultó su malestar por la elección de Lijo, una decisión promovida por el propio presidente Milei.
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La postura de Villarruel sobre Lijo es clara: “Mi opinión sobre Lijo es pública. No estoy de acuerdo con su candidatura“, declaró enfáticamente.
Según la vicepresidenta, el juez federal es una figura controversial que ha polarizado a la sociedad, generando divisiones profundas entre quienes apoyan y rechazan su nominación. Villarruel subrayó que, a su juicio, Lijo no cuenta con los “pergaminos necesarios” para ocupar un lugar en la Corte Suprema.
Uno de los puntos más destacados de la crítica de Villarruel fue el hecho de que Lijo, de ser confirmado, ocuparía la banca que dejó vacante Elena Highton. Para la vicepresidenta, este asiento debería haber sido ocupado por una mujer, una cuestión que, según ella, responde a un sentido de justicia más que a una postura feminista.
“Me hubiera gustado que ese lugar lo ocupará una mujer, y lo dice alguien que no es feminista sino que desde un lugar de justicia“, enfatizó.
Este nuevo desencuentro entre Milei y Villarruel deja a la vista y en evidencia las fricciones internas en la cúpula del gobierno.