Lo que ocurre en el barrio SUPE es lo mismo que sucede en otras tantas barriadas de Godoy Cruz.
El abandono por parte del Estado, el crecimiento de la delincuencia y las promesas incumplidas por parte de las autoridades, llevó a que los vecinos de la zona dejen sus hogares y se conviertan en una especie de patrulla ciudadana.
Uno de los delegado del barrio SUPE, charló con News Online y expuso el infierno que a diario viven en la zona.
El hombre, que prefirió quedar en el anonimato por temor a represalias, lamentó que la barriada esté permanentemente en la mira de delincuentes que residen en una villa ubicada a pocos metros.
“Estamos al lado de la villa Los Barrancos”, relató con cierta preocupación, y explicó que “es un asentamiento que están haciendo”.
Para darle forma al proyecto, de acuerdo a lo manifestado por el lugareño, el barrio SUPE perdió “un espacio verde de casi 100 metros”, en el que “pusieron un obrador cerrado que pertenece al proyecto ‘Aires del Oeste’. Hace tres semanas que no están poniendo las máquinas en el obrador y se puso más díficil la cosa. Justo los que cuidan el obrador son gente de la villa”, siguió.
Para colmo de males, el proyecto en cuestión recién estaría terminado en dos años y medio, por lo que es una tortura para los lugareños tener que lidiar a diario con estas situaciones.
Si bien la instalación del obrador causa cierta molestia en los vecinos, hay otras denuncias que reflejan el abandono y la falta de control: “Llevan mujeres de la villa al obrador”, dijo.
“Están sin luz por falta de pago, está oscuro, es bastante complicado el tema”, comentó el informante a News Online.
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Pese a esta situación preocupante, el dirigente reconoció que Hernán Amat, director general de Relaciones con la Comunidad de la provincia, se hizo presente en la zona y está al tanto de la problemática.
Igualmente, los días pasan, las promesas no llegan y los malvivientes de la zona hacen lo que quieren. “Acá la mayoría de la gente es mayor, por eso acá a los robos los hacen en el día y en la noche. Roban y se van caminando“, continuó.
Patrulla barrial
Los insoportables robos y daños en viviendas del barrio SUPE, sumado a la inacción de la policía, llevó a que sean los propios vecinos los tengan que custodiar la zona.
En los últimos días “estamos haciendo cuadrillas de seguridad, caminatas”, dijo y agregó: “Si vemos a alguien que sabemos que no es del barrio, lo hacemos irse“.
Y, como era de esperar, esto les ha traído algunos dolores de cabeza. Recientemente, fueron apredreados por algunos malvivientes señalados por los vecinos.
El dirigente, que se encargó de destacar la falta de efectivos y de recursos que tiene a maltraer a la Comisaría 50, admite que hay una “mayor cantidad de policías rondando, pero en la noche se hace más díficil“.
El juego sucio de la política
La fuente que accedió a la charla con quien escribe estas líneas, expuso otro tema que genera cierto malestar en los vecinos.
Contó que Francisco “Pancho” Cordón Grimsditch, concejal del Partido Verde en Godoy Cruz, se ha involucrado en el tema y los ha incitado a que “hagamos cacerolazos, que hagamos presencia en la Plaza Godoy Cruz, y la verdad que nosotros no nos sumamos en esas cosas“.
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“Estamos buscando la manera más diplomática, y si vamos a la guerra menos nos van a querer escuchar“, subrayó.
Igualmente, el delegado del barrio SUPE adelantó que están preparando una nota para presentársela al intendente Diego Costarelli.
Amenazas, curros y puertas cerradas
El barrio SUPE, que cuenta con una unión vecinal, pareciera estar a la deriva a causa del oportunismo de una dirigente muy cuestionada en la zona.
El referente de una de las tantas manzanas también brindó detalles de la tensa situación que viven con Liliana Sosa, la titular de la Unión Vecinal.
Contó que a los que le piden explicaciones “los amenaza”. Pero esto no es todo.
Según sus propias palabras, alquila un espacio que le pertenece al barrio y los fondos recaudados desaparecen.
“Alquila el club y también un predio que se le alquila a la Línea 400, estamos hablando de un monto de más de 3 millones de pesos, pero nadie sabe donde va esa plata”, enfatizó.
“Se pide que den explicaciones, rindan cuenta y no lo hacen”, continuó durante la charla. Para colmo, dijo que “los socios que tiene son gente de afuera del barrio. No tenemos ayuda”.
Además, dijo que Sosa tiene influencia en el municipio, ya que cuando algún vecino intenta exponer alguna de estas problemáticas en la comuna, inmediatamente le comunican a ella y comienzan las amenazas.
“Ella tiene las puertas abiertas en el municipio. Nos ponen todas las trabas, estamos abandonados“, se lamentó.
La tensión en la zona se percibe, pese a los intentos de los lugareños de llegar a una tregua con los vecinos de la villa cercana.
Sobre el cierre de la charla, contó que han tenido algunos acercamientos con los vecinos de la villa. “Le hemos ofrecido muchas cosas, como por ejemplo festejar junto a ellos el Día del Niño, para intentar llegar a un equilibrio y que acabe todo lo que está pasando”.
Mientras la violencia escala en la zona, los dirigentes políticos buscan sacar tajada y dejan a la deriva a un barrio familiar.