Luego de que esta tarde de jueves se confirmara que el cuerpo descartado en una acequia cerca de la casa de los sospechosos de haber matado a la adolescente Florencia Romano era el de ella, los fiscales Fernando Guzzo, Claudia Ríos y el jefe de la Policía de Mendoza, Roberto Munives se dispusieron a dar una conferencia de prensa que al principio iba a ser sin preguntas para evitar el morbo, pero luego terminaron sucumbiendo. A las preguntas y al morbo.
Y es que luego de ufanarse en las horas cátedra volcadas al Estado en educar a todo tipo de funcionario sobre la Ley Micaela, la cual enseña a tener dos dedos de frente a la hora de manejar casos de violencia de género, finalmente se pudo ver que al parecer hubo horas que no cursaron.
El fiscal Guzzo confirmó que el sábado por la noche ingresó un llamado al 911 para alertar que la menor estaba en la casa donde al parecer la mataron y que no se le dio curso. La persona que llamó habló de un alguien que “pedía auxilio” y dio a entender “una situación de violencia de género”. La llamada se cortó y no se le dio intervención. Nadie fue a la casa de los sospechosos.
Irónicamente, tanto Guzzo como Ríos, luego pasaron a darle una lección de redes sociales a los adolescentes y su “dinámica”, y les advirtieron que el “Estado provincial tiene mecanismos para que los adolescentes consulten”. Reitero: hubo un llamado al 911 y fue desestimado. El mecanismo no funcionó.
Luego, tanto Munives como la fiscal Ríos le aconsejaron a los menores “tener cuidado” y prestar atención a “la educación en casa”. Una manera tierna de responsabilizar a las víctimas. Más que la educación de Florencia, falló la educación de Pablo Arancibia. Si se ignora una llamada al 911 entonces la culpa no es de los adolescentes.
Repudiables dichos del Jefe de Policía de Mendoza, Roberto Munives.
Debe investigarse si la policía ignoró una llamada de auxilio al 911 y no dio el curso debido.#Vergüenza.#FlorenciaRomano pic.twitter.com/Wf29KL2jv3
— Duilio Pezzutti (@duilio_pezzutti) December 18, 2020
A los padres de Florencia no les tomaron la denuncia el día domingo porque “no había personal para atenderlos”. La culpa no es de los adolescentes ni de su educación en casa.
Y luego de todo ese papelón, el trío justiciero agradeció y se jactó del “trabajo mancomunado entre la Justicia y la Policía”. Qué pena que no la encontraron viva, así podían festejar en serio.