En medio del nuevo confinamiento, con restricciones, no solo a la circulación, sino también a la exportación de carne, el gobierno mendocino puso el grito en el cielo en defensa del desarrollo de la ganadería regional, poniendo sobre la mesa el efecto negativo de la decisión de la Casa Rosada.
En tal contexto, las autoridades locales aseguran que la medida representa un impacto negativo de 24% en los ingresos directos de más de 3500 productores, con una pérdida estimada por productor mediano que supera los 3 millones de pesos.
“Una muy necesaria política antiinflacionaria requiere mayor análisis y mucha menor improvisación de parte de la Nación. Creemos que la crisis por la que atravesamos exige una mirada global y federal, que aumente la producción y consolide nuestro potencial exportador”, expresó el ministro de Economía y Energía, Enrique Vaquié a diario La Nación. El funcionario analiza junto al gabinete el efecto de la medida.
Vaquié consideró que el incremento del precio internacional de la carne se da en todos los países del mundo. “Un ejemplo de ello puede ser Paraguay, Uruguay o Brasil, donde el incremento de los montos es similar al nuestro, mientras que los niveles de inflación anual son del 2, 6 y 8%, respectivamente. El problema de nuestro país tiene que ver con la inflación y no con el precio de los bienes”.
Por este motivo, en el Ejecutivo local coinciden con la visión de los empresarios del rubro en que suspender las exportaciones de carnes atenta contra las inversiones a largo plazo, como es la cría de ganado. “La última vez que se tomó una medida de estas características se extendió por un lapso de 10 años, generando un desánimo muy importante en los productores. El gobierno nacional debería pensar mejor la medida porque es muy claro el perjuicio que tiene y no están claros los beneficios que pueda tener a corto plazo”, insistió Vaquié ante la consulta de La Nación.
En el gobierno de Mendoza ponen sobre la mesa que entre 2005 y 2011 el cierre de las exportaciones terminó con la pérdida de 12 millones de cabezas de ganado, sumado a pérdidas de miles de puestos de trabajo y de varios mercados internacionales. “Esta medida genera un daño muy importante a las políticas públicas que hemos venido implementando para que el sector pudiera seguir expandiéndose como lo venía haciendo”, comentó Sergio Moralejo, subsecretario de Agricultura y Ganadería provincial, quien considera preocupante lo que ocurrió en los últimos días con el freno de un remate de 9000 cabezas de ganado en General Alvear, donde más ha crecido el sector.
El informe que refuta a Alberto: Uruguay bajó el precio de la carne con más comercio exterior