Los países del G-7 proporcionarán 1.000 millones de dosis de vacunas durante 2022 a los estados con menos recuersos y trabajarán para ello con el sector privado, el G-20 y otros países para aumentar la contribución
Una promesa de alcance. Los países del G-7 proporcionarán 1.000 millones de dosis de vacunas durante 2022 a los estados con menos recursos y trabajarán para ello con el sector privado, el G-20 y otros países para aumentar la contribución a dichos países pobres, según un borrador casi finalizado del comunicado que publicará esta tarde de domingo el G-7 y que ha sido adelantado por la agencia Reuters.
“Los compromisos desde que nos reunimos por última vez en febrero de 2021, incluso aquí en Carbis Bay, prevén 1.000 millones de dosis durante el próximo año. Trabajaremos junto con el sector privado, el G20 y otros países para aumentar esta contribución en los próximos meses”, se lee en el texto en el que han trabajado decenas de diplomáticos hasta la noche del sábado.
Boris Johnson ya había pedido a los líderes del G7 (que también incluyen Canadá, Francia, Alemania, Italia y Japón) que se comprometan a vacunar a todo el mundo para fines de 2022 y se espera que el grupo prometa mil millones de dosis durante su cumbre de tres días en el balneario inglés de Carbis Bay.
Algunas organizaciones internacionales condenaron el plan, que calificaron de “gota en el océano”. Oxfam estimó que casi 4.000 millones de personas dependerán de las vacunas de COVAX, el programa que distribuye inyecciones de Covid-19 a países de ingresos bajos y medianos.
El G7 acuerda un marco para prevenir futuras pandemias
Boris Johnson indicó al término de la cumbre que los países “deben” trabajar juntos para evitar la “devastación” y, en esa medida, es que el G7 se trazó un acuerdo para prevenir pandemias futuras. El mandatario habló de implementar un “radar global” que “esté dispuesto a descubrir enfermedades antes de que se diseminen”.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, explicó que el sistema todavía está en construcción, pero que la idea es que exista un marco que permita prevenir una pandemia “antes de que se salga de control”.
Parte de ese acuerdo incluye fortalecer las capacidades de la Organización Mundial de la Salud (OMS). La intención es que los inspectores de este organismo tengan “poderes similares” a los que tienen los auditores del Organismo Internacional de Energía Atómica (IAEA, por sus siglas en inglés). “Debemos asegurarnos de que los inspectores de la OMS puedan ir a una zona a determinar de manera independiente qué está sucediendo. Tenemos la esperanza de que en el futuro, mucha de esta oscuridad sea disipada”, precisó Johnson.
Según el primer ministro, esto contribuiría a que la OMS pueda investigar qué está sucediendo con las enfermedades a lo largo del mundo para poder tomar medidas y así prevenir una futura pandemia.
Además, el comunicado del G7 señala que la intención es aumentar la capacidad de los laboratorios del mundo, mejorar los sistemas de alerta temprana y recortar el ciclo del desarrollo de vacunas, tratamientos y pruebas para que este pase de 300 a 100 días.
El Brexit siembra la discordia en el G7 del multilateralismo
En un G7 donde se quería dar un impulso al multilateralismo una vez terminada la era Trump, otro asunto ha llegado para crear distancias entre Reino Unido y el bloque de países europeos con Francia, en esta ocasión, a la cabeza.
El presidente francés, Emmanuel Macron, urgió el sábado al primer ministro británico, Boris Johnson, a aplicar en Irlanda del Norte los compromisos firmados con la Unión Europea en el marco del Brexit, durante una reunión bilateral al margen del G7. Declarándose dispuesto a “resetear” las relaciones entre Francia y el Reino Unido, Macron “hizo sin embargo hincapié en que esto requiere que los británicos cumplan la palabra dada a los europeos y lo establecido por el acuerdo del Brexit”, afirmó la presidencia francesa.
La tensión crece desde hace días entre Londres y la Unión Europea en torno a la aplicación de las disposiciones especiales establecidas para la región británica de Irlanda del Norte tras la salida total del Reino Unido del bloque el pasado 1 de enero.
Para evitar reimponer una frontera física con la República de Irlanda, país miembro de la UE, el denominado “protocolo de Irlanda del Norte”, arduamente negociado en el marco del Brexit, mantiene esa zona dentro del mercado único europeo y en la unión aduanera.
Con esto se busca preservar la frágil paz establecida en 1998 tras 30 años de sangriento conflicto entre republicanos católicos y unionistas protestantes, que dejó unos 3.500 muertos en la región.
Los dirigentes europeos siguen la línea de Macron
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el titular del Consejo Europeo, Charles Michel, urgieron el sábado al Reino Unido a “implementar lo acordado” por el Brexit en Irlanda del Norte, fuente de crecientes tensiones entre ambas partes.
“El acuerdo del Viernes Santo y la paz en la isla de Irlanda son primordiales. Negociamos un protocolo para preservarlos, firmado y ratificado por el Reino Unido y la Unión Europea” y “ambas partes deben implementar lo acordado”, afirmaron ambos dirigentes en tuits idénticos tras reunirse con el primer ministro británico, Boris Johnson, al margen del G7.
Fuente: RFI