Luego de la polémica renuncia de Diego Martínez, inició la danza de nombres de posibles entrenadores que podrían ocupar el lugar vacante en Boca. Si bien hasta el momento Mariano Herrón estará al mando como interino, el nombre que pica en punta es el de Guillermo Barros Schelotto. No obstante, el Mellizo tendría una serie de condiciones que pediría para retornar al club.
Una de las exigencias sería tener trato directo con Juan Román Riquelme y no con el Consejo de Fútbol. Lo cierto es que desde el momento en que Riquelme llegó a la estructura política del club, Mauricio Serna, Marcelo Delgado y Raúl Cascini fueron quienes se encargaron de manejar la disciplina. Están involucrados en los refuerzos que llegaron en los últimos años y también en la delegación en distintos viajes o acompañando a los futbolistas juveniles a la firma de su primer contrato como profesionales.
Ante esta imposición, a Guillermo le gustaría tener trato directo con el presidente del Xeneize, además de ser responsable de la totalidad del fútbol en el club. Otro deseo es el de tener libertad total para decidir sobre los jugadores para el armado del equipo. Esta cuestión estaría ligada a distintas decisiones del Consejo de Fútbol en los últimos tiempos.
De todas formas, a pesar de las condiciones mencionadas, Riquelme todavía no tuvo contacto ni con Guillermo Barros Schelotto ni con ningún otro entrenador hasta ahora. No obstante, una vez llegado desde Córdoba tras la derrota ante Belgrano, el mandamás de Boca no pierde tiempo para definir el que será el sexto entrenador en su gestión.