De acuerdo a los cálculos realizados por la directora de C&T Asesores Económicos, María Castiglioni, el cuarto aumento de precios de gasoil y nafta del año impactará directamente en la inflación del último bimestre que mostrará un promedio del 4% en noviembre y un tanto mayor en diciembre.
Según el jefe de la consultora Ecolatina, Matías Rajnerman, cada suba de combustible representa un choque del 5% en el Índice de Precios al Consumidor (IPC) que realiza el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) a cargo de Marco Lavagna.
En ese sentido, este último incremento representaría directamente un agregado del 0,12% en la inflación y un tanto más de forma indirecta, cuando el mismo sea trasladado a los alimentos y otros productos que deben ser transportados.
Tal como comentó el director ejecutivo de LCG, Guido Lorenzo, “no es el problema el aumento de combustibles en sí mismo y el impacto directo sobre el IPC, sino los efectos de segunda ronda, que impactan durante los tres meses posteriores el incremento inicial”.
“Actualmente el nivel de actividad es bajo y podría haber menos traspaso, pero ya hay mucha gimnasia en la remarcación y muchos pesos para convalidar aumentos” aseguró.
Desde LCG se espera que la inflación de noviembre sea del 3% y que avance aún más en diciembre y enero, con precios todavía sin descongelar, por tanto, sería “traumático sin un plan antiinflacionario”.
Por otro lado, el economista Gabriel Ribinstein indicó que los combustibles representan un 2,5% sobre el IPC.
Además, una consultora energética da cuenta de números muy distintos. El impacto directo en el IPC sobre los combustibles es de un 2%, por tanto, el flamante incremento representaría un 0,05% de la inflación mensual. Prácticamente nada en comparación al 3 o 4% que se espera de inflación en noviembre.
Desde el oficialismo se comenta que “las tarifas pesan poco en la inflación núcleo, cerca del 5% aproximadamente, e inciden en un 20% en el IPC”.
Estos números refieren a combustibles, luz, gas y transporte.
El Gobierno estima que el año cerrará con un 35% de inflación, algo que podría ser sobrepasado si el último incremento del IPC supera el 6,5%, algo que resulta realmente probable.
Antes de fin de año, los combustibles volverán a aumentar para posicionarse en paralelo al alza del dólar, que aumentó un 34% en la versión mayorista en lo que va del año.
Fuente: El Cronista